Hoy en el día de reyes y reinas ya he recibido mis regalos:

1. Es la celebración de la Epifanía del Señor

2. Hoy se cumplen 45 años que me bautizaron en la fe católica por una promesa hecha a Maria. Estaba por cumplir 5 años así que lo recuerdo como ayer y, solo antes de ingresar en la vida religiosa, supe la fecha al tener que pedir el certificado.

3. Hace 2 semanas he sido padrino de bautismo de un niño catolico y musulman aceptando el compromiso de guiarlo al encuentro con el Dios de todxs.

4. En los templos de la iglesia Ortodoxa Rusa, (en España cerca de 20.000) hoy se celebra la Navidad y, junto a una amiga rusa, la hemos celebrado con unas ricas comidas típicas que acabamos de terminar. 

Cuando dejas de creer en algo, no importa en qué, se crea un desasosiego.

A todxs seguramente nos ha pasado. 

Creemos con firmeza en algo, pero, de pronto, un suceso nos hace cuestionarnos esa creencia o se nos viene abajo una idea que considerábamos totalmente clara y válida.

Cuando lo anterior ocurre, se produce por lo general una decepción, sea cualquier cosa en la que se creyera, y al tratarse de una persona esa decepcióon suele ser mayor.

Al terminar el año surge hacer balance, intentar recordar con qué nos quedamos y caer en la cuenta de que muchos de nuestros problemas y tragedias ni siquiera las recordamos. Momento para recordar a las personas que acompañamos y las que nos acompañaron, a las nuevas que conocimos, a las de siempre, a las que retomamos y a las que nos dejaron pero siempre estarán ahí. Fin de año para echar una mirada agradecida por todo lo bueno recibido y los desvelos que nos hicieron crecer y aprender. Año Nuevo para perdonar y pedir perdón, a otros y a nosotros, para cuidar y cuidarse, para ser más y hacer menos, para soltar lastre, para facilitar que nuestras relaciones fluyan, para construir la paz. Que 2018 esté lleno de salud, trabajo y felicidad para todos y paciencia y buen ánimo si nos faltan. ¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto, para que nuestra alegría sea completa (1 Juan 1, 1-4).