2016-02-11 Todos los que tocaban el borde de su manto quedaban sanos.
Gracias porque has elegido lo pequeño, lo sencillo, lo humilde, lo marginado, lo último para manifestarte, para darte a conocer: un niño recién nacido, una cueva, un pesebre, unos padres que no tuvieron sitio en la posada, pastores y pastoras, gente corriente.
Gracias porque nos haces hijas e hijos tuyos en nuestra diversidad. Gracias Señor porque nos hiciste diferentes y a la vez complementarios en la inmensa obra de tu creación, aportando color y alegría. Gracias por darnos el arco iris que simboliza tu promesa de redención para toda la humanidad.
Esta oración tuvo lugar el 28 de enero de 2016. Nos insiste en la misericordia en este su año. Misericordia, en el año de la misericordia, es una invitación a ver el amor de Dios por nosotros, es una invitación a tener misericordia unos de otros y también de nosotros mismos, pues somos el más duro juez para nosotros mismos, quizá a causa de la culpabilización a que hemos sido sometidos desde niños todas las personas, y más nosotros, por nuestra forma de amar, aunque recibida de Dios.
Esta oración tuvo lugar el 7 de enero de 2016. En ella se muestran textos en los que Cristo es mi Salvador, Cristo es mi Señor, Cristo es mi Amor, Cristo es mi Paz, Cristo es mi Perdón, Cristo es mi Libertador. Una oración en la que se escuchaba el silencio, el recogimiento y la presencia de ese Cristo en todas sus facetas.
El 28 de marzo de 1515 nace Santa Teresa, en tiempos en los que médicos y eruditos se preguntaban si la mujer era “un ser humano”. Esta mujer extraordinaria con tanta pasión y razón, con una claridad intelectual y una personalidad desbordante es coetánea de La Reforma de Lutero, Erasmo de Rotterdam, San Ignacio de Loyola, la Contrarreforma del Concilio de Trento y el Cisma de la Iglesia Anglicana, Nicolás Copérnico y su teoría heliocéntrica y el Lazarillo de Tormes. Con tan solo siete años se escapa con su hermano Rodrigo para hacerse mártires. Teresa de Jesús sufrió paroxismo durante dos días y ya amortajada, casi “clínicamente muerta”, volvió a la vida y aún estuvo tres años sin apenas poderse mover; su mala salud la acompañó durante toda su vida. En una época en la que se acababa de inventar la imprenta, muy comparable al “boom” de internet que experimentamos ahora, la difusión de escritos y libros con ideas nuevas (algunas demasiado “nuevas”) tuvo una repercusión importantísima. Iniciemos esta camino espiritual de la mano de esta mujer extraordinaria.
«Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.» Julio Cortazar
“ Misericordia quiero y no sacrificios” 