2016-05-12 Que todos sean uno como Tú, Padre.

Creer es abrazar el Misterio, creer es dejarse seducir por lo Totalmente Otro, por la Trascendencia; pero es curioso, es por una Trascendencia que no es lejana sino que se hace cercana.
Nuestra fe, se asienta en un Dios que se muestra en lo pequeño, cuando su esencia es inefable, inabarcable, inconmensurable, eterno, infinito, todopoderoso, ….
En esta tarde, en que nos recogemos en nuestro cenáculo, vamos a ver a Dios desde el inconmensurable Misterio y desde la humilde proximidad.

 

CANCIÓN

Vengo ante ti, mi Señor,

a olvidar las prisas de mi vida.

Ahora solo importas Tú,

Dale tu paz a mi alma.

 

Vengo a Ti, mi Señor, a encontrarme

con tu paz que me serena.

Ahora sólo importas Tú,

dale tu paz a mi alma.

 

Vengo ante Ti, mi Señor, a que en mi

lo transformes todo en nuevo.

Ahora sólo importas Tú,

Dale tu paz a mi alma.

Vengo a Ti, mi Señor.

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.» 

 

 

Momento de silencio

 

REFLEXIÓN: El Misterio Intratrinitario

 

«En cierta ocasión en que el glorioso doctor se hallaba en África, mientras iba paseando por la orilla del mar meditando sobre el misterio de la Trinidad, se encontró en la playa con un niño que había hecho un hoyo en la arena con una pala. Con la pala recogía agua del mar y la derramaba en el hoyo. San Agustín al contemplarlo se admiró, y le preguntó qué estaba haciendo. Y el niño le respondió: “quiero llenar el hoyo con el agua del mar”. “¿Cómo?” dijo San Agustín, “eso es imposible, ¿cómo vas a poder, si el mar es grandísimo y ese hoyo y la pala muy pequeños?”. “Pues sí podré”, le contestó el niño, “antes llenaré el hoyo con todo el agua del mar que tú comprendas la Trinidad con el entendimiento”. Y en ese instante el niño desapareció.»

(De la Leyenda Áurea o Vida de Santos, Reunida por Jacobo de Voragine, Arzobispo de Génova en 1275, y publicada en 1470) 

 

Momento de silencio

 

Salmo 27
 

El Señor es mi luz y mi salvación, 
¿a quién temeré? 
El Señor es el baluarte de mi vida, 
¿ante quién temblaré? 

 

Cuando se alzaron contra mí los malvados 
para devorar mi carne, 
fueron ellos, mis adversarios y enemigos, 
los que tropezaron y cayeron. 

 

Aunque acampe contra mí un ejército, 
mi corazón no temerá; 
aunque estalle una guerra contra mí, 
no perderé la confianza. 

Por eso tengo erguida mi cabeza 
frente al enemigo que me hostiga; 
ofreceré en su Carpa sacrificios jubilosos, 
y cantaré himnos al Señor. 

 

Salmo 27
 

El Señor es mi luz y mi salvación, 
¿a quién temeré? 
El Señor es el baluarte de mi vida, 
¿ante quién temblaré?
 

Cuando se alzaron contra mí los malvados 
para devorar mi carne, 
fueron ellos, mis adversarios y enemigos, 
los que tropezaron y cayeron.
 

Aunque acampe contra mí un ejército, 
mi corazón no temerá; 
aunque estalle una guerra contra mí, 
no perderé la confianza.  Una sola cosa he pedido al Señor, 
y esto es lo que quiero: 
vivir en la Casa del Señor 
todos los días de mi vida, 
para gozar de la dulzura del Señor 
y contemplar su Templo.
 

Sí, él me cobijará en su Tienda de campaña 
en el momento del peligro; 
me ocultará al amparo de su Carpa 
y me afirmará sobre una roca.
 

Por eso tengo erguida mi cabeza 
frente al enemigo que me hostiga; 
ofreceré en su Carpa sacrificios jubilosos, 
y cantaré himnos al Señor. 

 

 

Reflexión: El misterio de la Trinidad ad extra. Dios se muestra en el mundo.

 

Podríamos profundizar teológicamente en el Misterio de la Santísima Trinidad, pero no es el momento ni el lugar, pues después de salir de nuestros trabajos, nuestras fatigas, lo que ansiamos es reposar nuestro cuerpo y que nuestro espíritu halle “quietud” como diría el mismo San Ignacio de Loyola.

Realmente, Dios en su dimensión ad intra nos es prácticamente ajeno, a no ser que Él decidiese mostrarse. Los Santos Padres de los primeros siglos de la Iglesia, los grandes teólogos y, muy especialmente, los místicos, nos plantean que de Dios sabemos lo que Él nos muestra.

Vamos a pararnos primeramente en este “mostrarse de Dios”, en cómo Dios se refleja en su obra, en el mundo. Cerremos un momento los ojos, apartemos el ruido que nos envuelve todo el día, y miremos con el alma lo que nos rodea, veamos la belleza del equilibrio del universo, miremos como cada elemento del mundo tiene su lugar, …, aproximémonos al Gran Arquitecto que pone en movimiento lo que nos rodea.

 

 

Momento de silencio

 

Salmo 19
 

El cielo proclama la gloria de Dios 
y el firmamento anuncia

la obra de sus manos; 
un día transmite al otro este mensaje 
y las noches se van dando la noticia. 

Sin hablar, sin pronunciar palabras, 
sin que se escuche su voz, 
resuena su eco por toda la tierra 
y su lenguaje, hasta los confines del mundo. Allí puso una carpa para el sol, 
y este, igual que un esposo

que sale de su alcoba, 
se alegra como un atleta

al recorrer su camino.
 

Él sale de un extremo del cielo, 
su órbita llega hasta el otro extremo, 
y no hay nada que escape a su calor. 

 

CANTO

 

Shemá, Israel, Adonai elohenu, Adonai ehad. (4 veces)
 

Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, uno es el Señor. (4 veces

 

 

 

REFLEXION: El misterio de la Trinidad ad extra. (Dios se muestra en la Historia)

«El tiempo de la historia de la salvación se articula en tres grandes «momentos»: al inicio, la creación; en el centro, la encarnación-redención; y al final, la «parusía», la venida final, que comprende también el juicio universal. Pero estos tres momentos no deben entenderse simplemente en sucesión cronológica. Ciertamente, la creación está en el origen de todo, pero también es continua y se realiza a lo largo de todo el arco del devenir cósmico, hasta el final de los tiempos. Del mismo modo, la encarnación-redención, aunque tuvo lugar en un momento histórico determinado —el período del paso de Jesús por la tierra—, extiende su radio de acción a todo el tiempo precedente y a todo el siguiente. A su vez, la última venida y el juicio final, que precisamente tuvieron una anticipación decisiva en la cruz de Cristo, influyen en la conducta de los hombres de todas las épocas».

(Benedicto XVI, Angelus del 30 noviembre de 2008)

 

 

Momento de silencio

 

 

Salmo 18

 

Tú eres bondadoso con los buenos 
y eres íntegro con el hombre intachable; 
eres sincero con los que son sinceros 
y te muestras astuto con los falsos. 

 

Porque tú salvas al pueblo oprimido 
y humillas los ojos altaneros; 
tú eres mi lámpara, Señor: 
Dios mío, tu iluminas mis tinieblas.  Contigo puedo asaltar una muralla; 
con mi Dios, puedo escalar cualquier muralla. 
El camino de Dios es perfecto, 
la promesa del Señor es digna de confianza. 

 

El Señor es un escudo para los que se refugian en él, 
porque ¿quién es Dios fuera del Señor?,
¿y quién es la Roca fuera de nuestro Dios? 

 

 

REFLEXIÓN: El Misterio de la Trinidad es el Misterio del Amor.

 

Dice el Evangelio de hoy: «También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí ».

La clave real de acercarnos al Misterio de la Santísima Trinidad es acercarnos al amor de Dios, al amor que nos da en nuestro propio vivir, en las personas que están a nuestro lado, en las alegrías por alcanzar nuestros logros, en las lágrimas por no ser capaces de subir las montañas que forman parte del camino de nuestra vida, …

 

 

CANTO

Gracias quiero darte por amarme.

Gracias quiero darte yo a ti, Señor.

Hoy soy feliz porque te conocí.

Gracias por amarme a mí también.

Yo quiero ser, Señor amado, como el barro en manos del alfarero.

Toma mi vida, hazla de nuevo, yo quiero ser un vaso nuevo. (Bis)

 

 

Silencio y ecos

 

Reflexiones, peticiones y acción de gracias.

 

 

 

ORACIÓN COMUNITARIA

Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por CRISMHOM, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro de nuestra comunidad LGTB de Madrid. AMÉN.

 

 

Bendición: El Señor nos bendiga y nos guarde; nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros. Vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanos y hermanas.

 

 

 

 


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