2016-08-04“ Pero Tú Señor has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino”.

 

O R A C I Ó N   C R I S M H O M   4 – A G O S T O – 2 0 1 6

 Qué alegres y dichosos deben sentirse, Señor,

quienes, al considerar su propio yo,
no descubren en sí mismos nada digno de mención.
No sólo no atraen la atención de los demás,
sino que tampoco tienen deseo ni interés egoísta alguno
en atraer la atención de sí mismos.

“ Pero Tú Señor has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino”.  Salmo 4

 

CANTO:

VAMOS CANTANDO AL SEÑOR, ÉL ES NUESTRA ALEGRÍA.

1-La luz de un nuevo día,                     2-La roca que nos salva         
venció la oscuridad,                                 es Cristo nuestro Dios.
que brille en nuestras almas,                   lleguemos dando gracias
la luz de la verdad.                                  a nuestro Redentor.

3- Los cielos y la tierra,
aclaman al Señor.
Ha hecho maravillas,
inmenso es Su amor.

 

 

 

LECTURAS:

Gocémonos, amado,/y vámonos a ver en tu hermosura/al monte o al collado/do mana el agua pura;/entremos más adentro en la espesura.        

Y luego a las subidas/cavernas de la piedra nos iremos,/que están bien escondidas,

y allí nos entraremos,/y el mosto de granadas gustaremos.           

Allí me mostrarías/aquello que mi alma pretendía,/y luego me darías/allí tú, vida mía,

aquello que me diste el otro día:            

el aspirar del aire,/el canto de la dulce filomena,/el soto y su donaire,

en la noche serena/con llama que consume y no da pena; 

                                                                   ( San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual )        

 

TODOS:  Porque Tú Señor has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino

 

Entonces comprendemos que, en nuestra sistemática profanación de tantas palabras nobles, llamamos alegría a cualquier cosa, que la alegría es algo incomparablemente más hondo que ciertas situaciones calificadas de alegres, como la felicidad es algo mucho más serio que la vida en Jauja. Un día lo reconoció con gratitud de poeta Baudelaire: «Soyez béni, mon Dieu, qui donnez la souffrance comme un divin remède à nos impuretés».( Bendito seas , Dios mío, que dais el sufrimiento como divino remedio a nuestras impurezas )

Francisco de Asís lo sabía con gratitud de santo. Sabía que la alegría crece en tierras de pobreza, y se desposó con la pobreza en pos de la auténtica alegría. Sabía que las Bienaventuranzas no cargan el acento sobre la pobreza o el hambre o la persecución, sino sobre la felicidad; que lo fundamental no es ser pobre ni llorar ni padecer hambre y sed, sino convertir el sufrimiento en gozo a fuerza de amor. Por eso predica la alegría, no como mera promesa en lontananza, sino como realidad anticipada por la esperanza a lo largo del camino.

 

TODOS: Porque Tú Señor has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino

 

Qué alegres y dichosos deben sentirse, Señor,
quienes, al considerar su propio yo,
no descubren en sí mismos nada digno de mención.
No sólo no atraen la atención de los demás,
sino que tampoco tienen deseo ni interés egoísta alguno
en atraer la atención de sí mismos.

No destacan por sus virtudes

ni tienen que llorar grandes pecados;
tan sólo ven su mediocre debilidad e insignificancia;
pero una insignificancia que está oscuramente llena,
no de ellos mismos, sino de tu amor,
¡oh Dios! Ellos son pobres de espíritu
que albergan en su interior el reino de los cielos,
porque ya no son importantes ni siquiera para sí mismos.
Pero en ellos brilla la luz de Dios, y ellos mismos,
y todos cuantos la ven, te glorifican, ¡oh Dios!

THOMAS MERTON

 

 

TODOS: Porque Tú Señor has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino

 

La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.

                                                                           Papa Francisco ( Evangelii Gaudium )

 

TODOS: Porque Tú Señor has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino

 

ECOS.

 

CANTO: Las misericordias del Señor cada día cantaré ( 3 veces )

 

EVANGELIO:Mateo 13, 44-46
El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.

 

SILENCIO

 

BREVE ESPACIO PARA COMPARTIR

 

PADRENUESTRO

 

ORACIÓN COMUNITARIA: Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amén.

 

BENDICIÓN: El Señor nos bendiga y nos guarde, nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros, vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanas y hermanos. Amén.

 

CANTO FINAL: YO TENGO UN GOZO

YO TENGO UN GOZO EN EL ALMA,
¡GRANDE!
GOZO EN EL ALMA, ¡GRANDE!
GOZO EN EL ALMA Y EN MI SER.
¡ALELUYA! ¡GLORIA A DIOS!
ES COMO UN RÍO DE AGUA VIVA,
RÍO DE AGUA VIVA,
RÍO DE AGUA VIVA EN MI SER.

 Ama a tu hermano y alaba a tu Señor. / (2)
Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él.
Ama a tu hermano y alaba a tu Señor.

 

 Con alegría alaba a tu Señor. / (2)                                                                                      Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él.
Con alegría alaba a tu Señor.

 No te avergüences y alaba a tu Señor. / (2)
Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él.
No te avergüences y alaba a tu Señor.

Ama a María y alaba a tu Señor. / (2)
Da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a Él.

Ama a María y alaba a tu Señor. 


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