2016-05-05 ¿Me véis?

¿Qué significa ver? ¿Realmente vemos cuando miramos a través de los ojos? ¿Son los ojos el órgano encargado de ver? ¿Es el cerebro el encargado de ver? ¿Es el corazón el encargado de ver?

Estas son las preguntas que van a guiar esta tarde nuestra oración, alentados por las palabras del Evangelio.

CANCIÓN

 

Él está llenando mi vacío y soledad,

es el agua de mi vaso, es mi libertad.

Modeló mi barro con arcilla de su amor

y yo me rompo tantas veces al caer el sol,

y yo me rompo tantas veces al caer el sol.

Déjame Señor navegar por este mar

sin volver la vista atrás, siempre navegar.

Déjame, Señor, en tu viña trabajar

sin volver la vista atrás, tierras para arar.

 

ERES TÚ SEÑOR EL ALIENTO DE MI SER

ERES EL FINAL DE MI SENDERO.

NO QUIERO VENDER

MIS MANOS AL CONFORT,

QUIERO SER, SEÑOR, TU JORNALERO.

QUIERO NAVEGAR

SIN RUMBO POR TU MAR,

SI ERES TÚ SEÑOR MI MARINERO.

Una herida soy en la historia de mi ayer,

tengo roto el corazón, no quiero volver.

Sólo Tú, Señor, has llenado lo que soy,

me he fiado de tu amor y a tu lado voy.

Me he fiado de tu amor y a tu lado voy.

Yo soy para Ti, porque Tú eres mi Señor,

y en la Iglesia avanzaré al oír tu voz.

Y en la Iglesia avanzaré al oír tu voz.

 

ERES TÚ SEÑOR EL ALIENTO DE MI SER

ERES EL FINAL DE MI SENDERO….

 

 

 

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,16-20):

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver.»

Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de «dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver», y eso de «me voy con el Padre»?» Y se preguntaban: «¿Qué significa ese «poco»? No entendemos lo que dice.»

Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: «Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver»? Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.»

 

MOMENTO SILENCIO

 

 

REFLEXIÓN: ¿CUÁNDO VEMOS?

 

«Dentro de poco ya no me veréis, pero poco más tarde me volveréis a ver.»

 

Un filósofo urgió a un anacoreta: “Hazme ver a tu Dios”. El anacoreta respondió: “Alza los ojos y mira al cielo: Dios está allí”. El filósofo alzó los ojos y quedó deslumbrado por la luz del sol.

Entonces el anacoreta comentó: “Tú me pides ver a Dios y no eres capaz siquiera de soportar el esplendor de una criatura suya”.

(anónimo judío)

 

 

MOMENTO SILENCIO

 

Ante la pregunta “¿Cuándo vemos?” deberíamos acercarnos con otra pregunta “¿cuándo estamos preparados para ver?”. Y la respuesta la hemos descubierto siempre que nos hemos acercado a la oración o nos hemos encontrado con el amor del hermano que nos ofrece su hombro, nos acerca su mano de apoyo, …, es decir, cuando nos hemos encontrado con el AMOR.

 

CANCIÓN

Ubi caritas et amor, ubi caritas, Deus ibi est.

 

 

 

REFLEXIÓN: ¿CÓMO VEMOS?

 

«¿Qué significa ese «poco»? No entendemos lo que dice.»

 

Un príncipe oriental, para dar una lección a sus súbditos sobre la búsqueda de Dios, hizo reunir un día a muchos ciegos. Después ordenó que se les mostrase el mayor de sus elefantes sin decirles qué animal tenían delante. Cada ciego se acercó al elefante y le tocaron en diversas partes de su cuerpo. Al final el príncipe preguntó qué había palpado cada uno.

El que había tocado las piernas dijo que un tronco arrugado de un árbol.

El que había tocado la trompa, una gruesa rama nudosa. El que había tocado la cola, una serpiente desconocida. Un muro, dijo, el que había tocado el vientre. Una pequeña colina, el que había tocado el lomo.

Como no se ponían de acuerdo entre ellos, comenzaron a discutir. El príncipe interrumpió la discusión: “Esta pequeña muestra os hace ver cómo de las grandes cosas conocemos muy poco, y de Dios casi nada”

(Parábola hindú)

 

MOMENTO SILENCIO

Realmente los Apóstoles no entendían qué significaba verlo o no verlo, igualmente que los ciegos no conseguían ponerse de acuerdo ante lo cual no podían realmente ver. La pregunta es: ¿nosotros somos ciegos ante la presencia de Dios? ¿nosotros logramos entender la presencia de Dios?

Sólo desde abajo, desde la humildad, nos han mostrado los grandes santos que se puede ver a Dios. De la mano de San Francisco vamos a decirle a Dios que “SÍ LO VEMOS”.

 

CANCIÓN

 

LAUDATO SII, O MI SIGNORE

LAUDATO SII, O MI SIGNORE

LAUDATO SII, O MI SIGNORE

LAUDATO SII, O MI SIGNORE

 

Por la creación entera,

por el sol y por la luna,

por el viento y las estrellas,

por el agua y por el fuego.

 

LAUDATO SII, O MI SIGNORE …

El sentido de la vida

es cantarte y alabarte;

y que toda nuestra vida

sea siempre una canción.

 

LAUDATO SII, O MI SIGNORE LAUDATO SII, O MI SIGNORE …

 

 

 

 

 

REFLEXIÓN: ENSEÑARNOS A VER

 

«Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: …»

 

El maestro de la escuela de tiro con arco tenía fama de ser además un verdadero Maestro de la Vida. Un día el más aventajado de sus discípulos logró hacer tres dianas seguidas durante una competición de carácter local, y todo el mundo estalló en aplausos. Las felicitaciones llovieron sobre el discípulo… y sobre el Maestro.

Pero éste no parecía estar impresionado. Daba incluso la sensación de querer quitarle importancia al hecho.

Cuando, más tarde, el discípulo le preguntó la razón de su actitud, el Maestro le dijo: “Aún te falta por aprender que el blanco no es el blanco”.

“¿Y qué es el blanco?”, quiso saber el discípulo.

Pero el Maestro no se lo dijo. Era algo que el joven tendría que aprender algún día por sí mismo, porque no podía decirse con palabras.

 Un día descubrió que lo que tenía que ambicionar no era el éxito sino la actitud; no el blanco, sino la desaparición del ego.

(La oración de la rana; Anthony de Mello)

 

MOMENTO DE SILENCIO

 

Realmente aprender a ver requiere estar dispuestos a ver. Son muchas las experiencias que ponemos en el día a día de nuestra vida, mucho lo que descubrimos, mucho lo que nos superamos, muchas las metas logradas, …, ahora bien ¿somos capaces de vaciarnos de nuestro ego para ver desde los ojos de niño?

 

 

CANCIÓN

Pon tu mano en la mano

de aquél que te da la mano;

pon tu mano en la mano

de aquél que te dice: “Ven”.

Él será tu amigo hasta la eternidad,

pon tu mano en la mano

de aquél que te dice: “Ven”

 

Pon tus ojos en los ojos

de aquél que te está mirando;

pon tus ojos en los ojos

de aquél que te mira bien.

Él será tu amigo hasta la eternidad.

Pon tus ojos en los ojos

de aquél que te mira bien.

 

SILENCIO Y ECOS

 

REFLEXIÓN: CUANDO LOGRAMOS VER

«Pues sí, os aseguro que lloraréis y os lamentaréis vosotros, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.»

 

CANCIÓN

Mi mano está llena de tu bendición.

Mi mano está llena de tu bendición,

al hermano que toque, bendito será,

al hermano que toque, bendito será,

mi mano está llena de tu bendición.

 

PORQUE CRISTO

HA TOMADO MI VIDA

Y NO LA QUIERE SOLTAR

PORQUE CRISTO

HA TOMADO MI VIDA

Y NO LA QUIERE SOLTAR

ESTABA SOLO Y TRISTE

MÁS AHORA SOY FELIZ,

PORQUE CRISTO

HA TOMADO MI VIDA

Y NO LA QUIERE SOLTAR.

 

Mi brazo está lleno de tu bendición.

Mi brazo está lleno de tu bendición,

al hermano que abrace, bendito será,

al hermano que abrace, bendito será,

mi brazo está lleno de tu bendición.

 

PORQUE CRISTO

HA TOMADO MI VIDA….

 

ORACIÓN COMUNITARIA

Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por CRISMHOM, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro de nuestra comunidad LGTB de Madrid. AMÉN.

 

Bendición: El Señor nos bendiga y nos guarde; nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros. Vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanos y hermanas.

 

 


Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad