Enséñame a confiar

La barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: ¡Animo, soy yo, no tengáis miedo! Pedro le contestó: Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua. El le dijo: Ven. Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: Señor, sálvame. En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: ¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado? (Mateo 14, 22-36).

Aceptanto con buen talante lo que venga

Comencé a sentarme a meditar en silencio y quietud por mi cuenta y riesgo, sin nadie que me diera algunas nociones básicas o que me acompañara en el proceso. La simplicidad del método (sentarse, respirar, acallar los pensamientos) y sobre todo la simplicidad de su pretensión (reconciliar a la persona con lo que es) me sedujeron desde el principio. Como soy de temperamento tenaz, me he mantenido fiel durante varios años en esta disciplina […] Enseguida comprendí que se trataba de aceptar con buen talante lo que viniera, fuera lo que fuese (1, “Biografía del Silencio”, Pablo d’Ors).

Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba

Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de pleitos y contiendas para todo el país! Ni he prestado ni me han prestado, y todos me maldicen. Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, Dios de los ejércitos. No me senté a disfrutar con los que se divertían; forzado por tu mano, me senté solitario, porque me llenaste de ira. ¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga, y mi herida enconada e incurable? Te me has vuelto arroyo engañoso, de aguas inconstantes. Entonces respondió el Señor: «Si vuelves, te haré volver a mí, estarás en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás mi boca. Que ellos se conviertan a ti, no te conviertas tú a ellos. Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable; lucharán contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte y salvarte -oráculo del Señor-.

Papá, estamos contigo

Hoy invoco la presencia de mi queridísimo Señor junto a mi padre. Le operan del ojo derecho porque lo está perdiendo en picado. Que tu presencia junto a la de mi madre, el resto de la familia y la mía le concedan paz, tranquilidad y mucho ánimo. Que el inevitable run run sea un murmullo sosegado. Estamos contigo. Acordaos de él. GRACIAS.

Sin muchas palabras

“Cuando recéis, no uséis muchas palabras, […] pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis” (Mt 6, 7-15). Mi queridísimo. Señor, me pongo delante de ti en ausencia de palabras. Con ánimo inestable confío en los planes de felicidad que tienes para mí. Sin dilucidarlos con claridad, hágase tu voluntad para en todo amarte y servirte. Cuida de tu siervo, que él a su vez pueda cuidar de otros y de sí mismo. Tu mirada sobre nosotros nunca se interrumpe ni se empaña.

Pastoral familiar en el marco de la diversidad sexual e identidad de género

Esta sesión de formación fue una colaboración de CRISMHOM con el máster de Pastoral de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas que tiene lugar el 26 de mayo de 2018 en la Unidad de Intervención Psicosocial (UNIPSI) en la calle Mateo Inurria 37. En esta sesión, se abordó la problemática de cómo aproximarse a la realidad LGTBI desde la pastoral familiar. El hilo conductor de la formación es a través de testimonios que abordan la realidad y vivencias concretas de una mujer lesbiana (Begoña), un chico de veintiún años (David), un sacerdote diocesano que aborda esta realidad (Cristóbal), una madre de un hijo homosexual (Margarita) y un hombre homosexual (Luisma). Los testominios de Luisma y Critóbal recogen también elementos y conclusiones de carácter general más allá de sus propios testimonios personales. A continuación se presentan los enlaces a los registros de AUDIO de estos testimonios.

 

A propósito del artículo aparecido en INFOVATICANA el 18/05/2018 sobre una vigilia «homoherética» en una parroquia de Madrid

Desde CRISMHOM (Comunidad de Cristianas y Cristianos LGTBI+H de Madrid) queremos comentar la información aparecida el pasado 18 de mayo de 2018 en el artículo de la revista digital Infovaticana titulado «Una parroquia de Madrid organiza una vigilia ‘homoherética’ a propuesta de Josito Segovia«, así como matizar y desmentir algunas de las afirmaciones que allí se hacen.
 
En primer lugar señalar que CRISMHOM no es una comunidad católica sino cristiana ecuménica en la que pueden participar y de hecho participan creyentes de otras confesiones cristianas.
 
En segundo lugar, desmentir que la  “Vigilia de oración por las víctimas de la LGTBIfobia”  celebrada en una parroquia de Madrid el día  que la comunidad internacional dedica a conmemorar a las víctimas y combatir la violencia contra las personas LGTBI, haya sido un acto promovido por el Arzobispado y su Vicaría de Pastoral Social e Innovación. El acto ha sido organizado y promovido por CRISMHOM (ver convocatoria AQUÍ), aunque eso sí, haya podido celebrarse abiertamente en la Parroquia  de Nuestra Señora de Madrid, lo mismo que ocurre en otros muchos lugares del mundo en que se celebran estas vigilias.

El enemigo está en nuestra cabeza

Nos purifica una imagen real de quién es Dios y no una imagen deformada. ¿Qué imagen tenemos de Dios? Somos limitados y humanos. Reconciliarnos con nuestra limitación es sano pero difícil. Cura de humildad al reconocer nuestros años, nuestra enfermedad, aceptar nuestras limitaciones y crisis. Ellas nos hacen más humanos, más cercanos, más humildes y Dios está con nosotros con una cercanía especial. El enemigo está en nuestra cabeza. La aceptación de lo que venga nos relaja. Necesitamos a alguien que refuerce nuestra sensación de hacer las cosas bien. Ese es Jesús mismo, que sale a nuestro encuentro.

Alregraos: aprendiendo a no tristar

Somos seres de encuentro. El encuentro con los demás nos hace sentir mejor. ¡Qué suerte tener amigos y grupos! La experiencia de Pascua sucede en un encuentro. Jesús sale a nuestro encuentro al resucitar. Tenemos que preparar ese encuentro. Él viene aunque yo no tenga fuerzas. En medio de la enfermedad viene Jesús y uno lo lleva mejor. Necesito pedir la alegría. Procuremos en nosotros la alegría. ¿Nos regocijamos en pensamientos negativos? Procurarse la alegría lleva trabajo. Es necesario hacer conscientemente el esfuerzo de no retroalimentar lo negativo. No tristarse dirá San Ignacio, es un acto de la voluntad. Psicológicamente es muy sano no alimentar la tristeza. Cristianamente, es un mandato: “¡¡¡Alegraos!!!”. Es una responsabilidad humana no dejar que lo negativo me sobrepase. Visualizar que mi dolor no es ajeno al Señor y Él sale a mi encuentro. ¿Cómo estás aquí presente, Señor mío (porque sé que estás)? Sé que estás, más cerca cuanto peor estamos, muéstrame tu rostro.

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