Cuando el pasado es un continuo presente
Los seres humanos no nacemos sabiendo conducir ni sabiendo coger carreteras para llegar a nuestro destino. Vamos aprendiendo. Vamos evolucionando.
Pero llega el momento que completamos un primer mapa de lo que seremos. En ese mapa hemos aprendido, por una repetición que se convierte en hábito, formas de desempeñarnos mental, emocional, corporal y hasta espiritualmente.
Un simple anécdota: todos tenemos una forma especifica de caminar sin darnos cuenta. Las personas que han sufrido algún tipo de accidente, y han quedado momentáneamente inmovilizadas, al recuperar la salud deben aprender a caminar nuevamente. Su forma de hacerlo, a partir de ese momento, es diferente. No es lo mismo aprender a caminar a los dos años que a los 30.
En los demás aspectos es similar.