2019-04 intención mes de abril
Como los discípulos reunidos en oración, en comunión con María, también nosotros queremos recibir este Don de lo alto, el Espíritu Santo, que es por excelencia el Don de la Pascua.
2019-03-28: “Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de Dios”

¿Qué te puedo dar,
Qué no me hayas dado Tú?
¿Qué te puedo decir,
Qué no me hayas dicho Tú?
2019-03-31 “Alégrate, este hermano estaba perdido y lo hemos encontrado”
Evangelio según san Lucas (15, 1-3.11-32) En aquel tiempo, solían acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: – «Ese acoge a los pecadores y come con ellos.» Jesús les dijo esta parábola: – «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: «Padre, dame la parte que me toca de la fortuna.» El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. Recapacitando entonces, se dijo: «Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros.» Se levantó y vino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Su hijo le dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo,» Pero el padre dijo a sus criados: «Sacad en seguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado.» Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Este le contestó: «Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud.» El se indignó y no quería entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo Entonces él respondió a su padre: «Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado.» El padre le dijo: «Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado»».
2019-03-21: El arte de Bendecir
1. AIN KAREM: TALITA KUM
TALITA KUM (LEVÁNTATE),
TALITA KUM
TALITA KUM (LEVÁNTATE),
TALITA KUM
Si el miedo silencia tu vida
durmiendo todos tus sueños
de un mundo justo y humano
en el que Jesús sea el centro.
Si el ruido ensordece tu oído
sin dejarte escuchar su Palabra,
atrévete a ser tu mismo;
Si envuelto en el ritmo diario
no aciertas a hallar su presencia
recuerda que habita en ti mismo,
Él sana tu herida y te alienta.
2019-03-14: ¡Quien busca, encuentra!
2019-01-31: ¡Cristo habite por la fe en vuestros corazones!
María, la del Fiat.
Hola María:
Hoy te recuerdo como esa niña de 15 años que permitió que llegara «mi» Jesusito a este mundo y que Él me llevara al Padre.
Recuerdo la primera vez que leí sobre la Anunciación, y eso que ya han pasado cuatro décadas, y parece que fue ayer.
2019-03-24 “Dios no castiga”
Evangelio según san Lucas (13, 1-9) En aquel tiempo llegaron a Jesús algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque acabaron así? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: «Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a ocupar terreno en balde?» Pero él le respondió: «Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, las cortas.»
2019-03-17 “Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle”
Evangelio según san Lucas (9, 28b-36) En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.» Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.
El vencimiento último
Afortunadamente no seremos juzgados por los conocimientos ni por los rituales religiosos sino por haber vivido o no la compasión, la ternura, la misericordia y la solidaridad con nosotros mismos, en primer lugar, y con aquellxs que están a nuestro lado..