Ejercicios espirituales: encuentro en la confianza y cotidianidad, sorpresa y atención, ocultamiento y dificultad

Esta página recoge las charlas y orientaciones de unos ejercicios espirituales organizados fuera de CRISMHOM pero cuyos materiales han quedado disponibles para uso de quien pueda sacar provecho de ellos. Agradecemos a Fernando, la persona que los dio, por su generosidad y ayuda en facilitar nuestro encuentro con Dios dejando a libre disposición el material que él preparó. Las charlas duran en torno a 25/30 minutos y se presentan a continuación. Se pueden escuchar en momentos de espera, en trenes y coches, o en momentos de oración sin más. Los textos que las acompañan son anotaciones sujetas a la interpretación personal de quien las tomó. Se adjunta material adicional en .pdf a esta página. Para escuchar los registros de audio desde un teléfono móvil, es necesario instalarse la aplicación de IVOXX (al acceder a ellos se dan instrucciones de cómo hacer la instalación).

 

Disposición para entrar en ejercicios: esta charla da algunas claves para disponerse a entrar en la dinámica de unos ejercicios espirituales. Es una introducción para ambientar cómo disponer el ánimo para facilitar el encuentro con Dios.

San Juan de la Cruz dice que Dios dispone todas las cosas con suavidad. Dios actúa atrayendo, invitando. Somos invitados. Esto es una buena clave para saber lo que viene de Dios. Cuando nos vemos forzados, acorralados u obligados no parece que esa sea la forma en la que Dios se acerca. Dios trabaja sobre nuestros deseos y nos pregunta ¿quieres? Ignacio de Loyola dice en el libro de los ejercicios que el encuentro de Dios en la consolación es como una gota de agua que cae sobre una esponja (cae sin hacer ruido y va calando). La desolación es ruidosa, como una gota que cae sobre una piedra y salpica. Dios mueve todas las cosas al modo de ellas, dice San Juan  de la Cruz: Dios nos lleva según somos cada uno, según nos conviene, cada uno a su modo, a su paso. Dios no es de masas sino de tú a tú. Lo que es bueno para el vecino no necesariamente lo es para mí, no es necesario que nos comparemos. Dios se acomoda a cada alma, a cada persona. Se las apaña para entrar y acomodarse según le conviene a cada persona, con la humildad del amor. No hay que preocuparse, llegamos a ejercicios como llegamos, no importa que este no sea quizá nuestro mejor momento.

En las anotaciones de los ejercicios se muestran pistas y consejos: mucho aprovecha entrar en ejercicios con gran ánimo y liberalidad (generosidad, vengo a darlo todo) [EE 5]. El Creador y Señor se comunica abrazando a nuestra ánima [EE 15]. Tanto más aprovecha al ejercitante el apartarse de amigos y conocidos, solicitud terrena (preocupaciones del trajín diario).
 
Principio y Fundamento: indiferencia, confianza y providencia
La experiencia de los discípulos de Emaús es un buen ejemplo de lo que es el acompañamiento. Jesús se pone a caminar con ellos, no les adelanta, les pregunta, les escucha, deja que se desahoguen, les habla de las escrituras, de su propia historia. A los discípulos se les va caldeando el corazón hasta que reconocen al resucitado. Esa es la experiencia del acompañamiento.
Confiar en Dios, ser libres. ¿Estamos abiertos? ¿Nos fiamos de él? La disponibilidad es muestra de confianza e indiferencia. Estoy disponible a no encontrarme bien, a no tener fuerzas, a no saber, a no ser reconocido, a arriesgarse a quedar en ridículo. Nos encantaría tener todo controlado pero hay tantas cosas que se nos escapan. Ser paciente para respetar el ritmo de las cosas, de las personas, dejar que el otro pueda seguir su ritmo. El amor es paciente. ¿Somos libres? Santa Teresa habla de desasirse, de no estar agarrándose a las cosas. San Ignacio nos dice que nuestros amores se desordenan. Es preciso tener una actitud de ordenar continua y pacientemente sin parar. Amor, humildad y desasimiento van juntas según Santa Teresa. Ser humilde (viene de humus, tierra), es tener los pies en la tierra, ser realista. La reina de nuestra vida es la humildad. Para acercare a Dios, es preciso hacerlo desde la humildad. Para confiar en Dios, en uno y en los demás, es importante centrarse en las cosas pequeñas. Hoy, aquí y ahora, pido ayuda en lo pequeño, para poder afrontar, cuando tenga que ser, los grandes proyectos y desafíos de la vida. Soñar en grande construyendo en pequeño.
 
La anunciación y visitación de María: mirar nuestra vida para aprender a abandonarnosesta charla nos habla de dos situaciones que tuvo que enfrentar María y cómo nos pueden ayudar para tener una actitud adecuada para acoger lo que nos pasa en nuestra vida.
Lucas 1, 26-38 (anunciación) Lucas 1, 29-56 (visitación) Lucas 2, 1-20 (nacimiento): María ocupa el centro del evangelio desde un rincón, diría Martín Descalzo. María guardaba todas las cosas en su corazón. Conservaba, defendía, protegía en diálogo con el Señor. Le pregunta: “¿Cómo va a ser esto posible?”
 
La figura de José: aceptó estar fuera de su sitio: esta charla nos muestra la figura de José, el esposo de María, como paradigma de quien supo estar descolocado, fuera de su zona de confort. Fue honesto, fiel y convivió con la confusión y la incertidumbre. Desde esta figura se darán pistas para vivir la vida desde estas claves.
Sobre la figura de José, en silencio, apenas se menciona en el evangelio. El ángel se relaciona con él a través de los sueños. Creyó a Dios y a su mujer. Tiene fe porque aguanta las dudas en situación de incertidumbre siendo fiel. La fe es perfectamente compatible con las dudas. Se le adjetiva como “hombre justo” como a otros personajes sobre todo en el Antiguo Testamento. Ser justo es un valor en boga en la biblia. Hombre honesto, hizo lo que tenía que hacer, estando donde no siempre quería estar. Aceptó no estar en su sitio: refugiados en Egipto, amenazados por Herodes, yendo de un sitio a otro. En medio de la confusión e incertidumbre, José también fue un trabajador, un artesano, un modelo para su hijo Jesús. José es una figura que transmite que te puedes fiar de ella, que se deja guiar y aconsejar por Dios. Se lo puso fácil a Dios.
 
Sobre el uso del tiempo y los desórdenes propios de las personas activas: esta charla aborda la cuestión del tiempo a partir de la vida oculta de Jesús y los textos de Eclesiastés 3 y Marcos 4, 26. ¿En qué tiempo estoy? ¿Cuál es mi etapa? ¿De qué es momento ahora para mí? ¿Cuáles son los tiempos y ritmos de las cosas?
 
 
Sobre la vida oculta de Jesús. Treinta años emplea Jesús en una vida sencilla sin que pasara nada, pero ahí es donde se maduró todo. ¿Qué quiso Jesús expresarnos con esto? Nazaret es un ejemplo de vida en silencio, de trabajo y dedicación. Desde esta perspectiva, reivindicamos esta vida oculta nuestra en la que Dios quiere pasar desapercibido para combatir nuestra impaciencia. El padre que lleva a su hijo al colegio, la abuela que lleva al parque a su nieto, el joven que trabaja de sol a sol. Estas son las cosas pequeñas del día a día.
 
La sorpresa de Jesús: ¿estamos abiertos a la novedad de Dios? Esta charla nos muestra cómo Dios nos sorprende y desconcierta a través del pasaje en el que Jesús se pierde en el templo (Lucas 2, 46-50).
 
La imaginación “creativa” de los amigo del paralítico: esta charla es una reflexión cómo la confianza para superar obstáculos, la ocurrencia y la imaginación «creativa» para los que realmente desean algo. Todo motivado desde la curación del paralítico que hace Jesús al descolgarle sus amigos desde el techo (Marcos 2, 1-12).
 
María al pie de la cruz: esta charla nos invita a reflexionar sobre cómo Dios también se revela en el ocultamiento: dolores físicos, pérdidas y duelos, enfermedades físicas y mentales, incomprensión. ¿Cómo nos relacionamos con el dolor? ¿Cómo nos acercamos al que sufre? Las mujeres supieron encontrar su sitio en el momento de la cruz.
 
Las bodas de Caná: cruz y gloria: esta charla pone de manifiesto que cruz y resurrección son partes de una misma cosa. Nos muestra a través del pasaje de las bodas de Caná (Juan 19-21), la atención de María, de cómo se da cuenta de las cosas y cómo anuncia el problema a Jesús sin decirle cómo lo tiene que resolver. Sólo dice «Haced lo que Él os diga».
 
 
El encuentro con Jesús resucitado: esta charla nos invita a contemplar la resurrección de Jesús para contemplar la nuestra propia. Nos muestra cómo el resucitado se hace presente en mitad de nuestra crisis, busca la relación y nos encuentra cuando estamos a otra cosa, cuando estamos menos preparados para recibirle y no le reconocemos.
 
 
 

 

 


Otras aportaciones que se hicieron en estos ejercicios:

 

Señor, me cansa la vida Señor,

me cansa la vida,

tengo la garganta ronca

de gritar sobre los mares,

la voz de la mar me asorda.

 

Señor, me cansa la vida

y el universo me ahoga.

Señor, me dejaste solo,

solo, con el mar a solas.

 

O tú y yo jugando estamos

al escondite, Señor,

o la voz con que te llamo

es tu voz.

 

Por todas partes te busco

sin encontrarte jamás,

y en todas partes te encuentro

sólo por irte a buscar.

 

Antonio Machado

 
 

 

Viajo entre sombras … Pero yo quisiera,

antes que la palabra quede muda

y el ojo sin visión, clavar mi duda

sobre las tablas de una cruz cualquiera.

 

Afirmar y creer que cada cosa

se rige por un ímpetu lejano

y que en el alma universal se posa

(a un tiempo maternal y silenciosa)

la sabia providencia de una mano.

 

Sentir que cuando el dardo de la vida

cruza silbando el aire y atraviesa

el corazón, hay alguien que me besa

en la sangrienta boca de la herida …

 

Quisiera que al pasar, mientras trémolo

mi jirón de bandera desgarrada,

un perfil, una voz, una mirada

me libraban del miedo de estar solo

en el trance final de la jornada.

 

Que cuando en viaje póstumo y sombrío

por el último mar, mudo y desierto,

vaya dejando atrás cuanto fue mío,

un ave sobre el mástil del navío

cante mi canto y avizore el puerto …

 

Enrique González Martínez

 

 

Si os partiéredes al alba,

quedito, pasito, amor,

no espantéis al ruiseñor.

 

Si os levantáis de mañana

de los brazos que os desean,

porque en los brazos no os vean

de alguna envidia liviana,

 

pisad con planta de lana,

quedito, pasito, amor,

no espantéis al ruiseñor.

 

Lope de Vega

 

Adjunto 1
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