Hechos singulares desapercibidos
Contemplando hechos singulares metidos en la vida corriente. No por el hecho de que se sucedan con rapidez, a veces vertiginosamente, dejan de ser excepcionales. Juntándose con buenas amistades sin prisas. De excursión, disfrutando del maravilloso tiempo atmosférico de este país. Viendo muchos niños. Sus risas y llantos conforman la esperanza del futuro.


Este texto está compuesto a partir de breves anotaciones diarias, trozos de la sagrada escritura, algunas lecturas breves y «El relato del peregrino» (autobiografía de San Ignacio de Loyola). Se han reordenado para que se puedan leer de corrido sin transiciones demasiado abruptas. La primera parte es una reflexión sobre el hecho de ejercitarse cada día y la segunda es un ejercicio concreto, sobre la contemplación de la encarnación. Estas breves anotaciones son el resultado de ese ejercicio diario que día tras día va formando un gran motivo por el que dar gracias, un inmenso motivo por el que la vida vale la pena.