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Epifanías

 Un día como hoy de Epifanía, hace 45 años, era bautizado dentro de la comunidad católica.

2019-01-06 “Los magos, al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría”

Evangelio según san Mateo (2,1-12)  Habiendo nacido Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.»  Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los  sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el  Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judea, porque está escrito en el profeta: «Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel.»»  Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»  Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que  habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus  cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo para que no volvieran a Herodes, se  marcharon a su tierra por otro camino. 

No soy un monstruo depredador

El mundo no es un pastel que yo me tenga que comer. El otro no es un objeto que yo puedo utilizar. La Tierra no es un planeta preparado para que yo lo explote. Yo no soy un monstruo depredador. Por eso he decidido ponerme en pie y abrir los ojos. He decidido comer y beber con moderación, dormir lo necesario, escribir únicamente lo que contribuya a hacer mejores a quienes me lean, abstenerme de la codicia y no compararme jamás con mis semejantes ([48] Biografía del Silencio, Pablo d’Ors).

2019-01-01 “María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”

Evangelio según san Lucas (2,16-21) En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Gloria

Un año más y una noche más me ha acompañado este vídeo. La conmemoración del nacimiento de este niño me ha llenado de ternura pero es al HOMBRE en que se convirtió al que amo, admiro, respeto y reverencio. GLORIA IN EXCELSIS DEO

Mi primera celebración en Navidad

Por estos lares ya se celebra el nacimiento de un hermoso niño/hombre/Dios que cambió el mundo de occidente y muchas vidas (entre ellas la mía).

Hace décadas que mi primera celebración en este día está dedicada al vientre que parió a ese niño/hombre/Dios: María de Nazaret.

Alégrate María… Llena eres de Gracia… El Señor está contigo… Bendita tú eres entre todas las mujeres y Bendito el fruto de tu vientre…

Gracias a ti mi corazón está encendido.

in-có-mo-do

Esta es la imagen más panoli que he encontrado ―bueno por otra parte es un encanto y una obra de arte bien hecha, sí. Juan Ferrándiz―. Navidad pasado mañana. Se nos  tacha de panolis, de tener amigos imaginarios y de saltarnos las leyes de no sé qué.

 

 

La noche más larga del año

 Hoy será la noche más larga del año. Una noche que se llena de LUZ por la esperanza de AQUEL que estamos esperando. Una noche para bendecir.

Hoy bendigo cada viaje realizado en mi vida. Tanto a las alturas como a las profundidades. Tanto al este como al oeste de mi Ser.

Hoy bendigo a cada una de esas personas que me he encontrado en estos viajes y, por sobre todas las cosas… ¡hoy bendigo a Aquel que nos bendice!

«Bendigo la luna porque fue testigo,

Bendigo el silencio que fue nuestro abrigo

Bendigo el momento de haber decidido… la vida es toda para mí.

LAS ANTÍFONAS «O» de la liturgia de Adviento

Las antífonas de la O son siete, y la Iglesia las canta con el Magnificat del Oficio de Vísperas desde el día 17 hasta el día 23 de diciembre. Son un llamamiento al Mesías recordando las ansias con que era esperado por todos los pueblos antes de su venida, y, también son, una manifestación del sentimiento con que todos los años, de nuevo, le espera la Iglesia en los días que preceden a la gran solemnidad del Nacimiento del Salvador.
 
Se llaman así porque todas empiezan, en latín, con la exclamación «O», en castellano «Oh». También se llaman «antífonas mayores».
 
Fueron compuestas hacia los siglos VII-VIII, y se puede decir que son un magnífico compendio de la cristología más antigua de la Iglesia, y a la vez, un resumen expresivo de los deseos de salvación de toda la humanidad, tanto del Israel del A.T. como de la Iglesia del N.T.
 
Son breves invocaciones dirigidas a Cristo Jesús, que condensan el espíritu del Adviento y la Navidad. La admiración de la Iglesia ante el misterio de un Dios hecho hombre, y la comprensión cada vez más profunda de su misterio. Con la súplica urgente: «ven».