El hijo de una pareja lesbiana recibe el Bautismo en una parroquia gaditana
Podría interpretarse de muchas formas. Como un acto de acogida de una Iglesia, que a fuerza de los vaivenes y cambios sociales, no le queda otra que adaptarse -a su ritmo- al devenir histórico. O cómo el día a día de las bases eclesiásticas, las que están en contacto con sus feligreses, demuestran que la institución acepta a todos sus ‘hijos’, aunque a veces cueste. Ese es el análisis, la consecuencia de un hecho tangible que hace dos semanas ocurrió en la parroquia de La Merced.