Devorando palabras
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, mi queridísimo Señor.
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, mi queridísimo Señor.
Contemplando cosas sencillas y pequeñas. Unos niños pequeños visitando a un familiar que había buscado unos caracoles para que jugaran llenos de ilusión. Una madre valorando y tratando de acertar en cómo tratar a su hijo al coger una rabieta sin sentido. Ahorrando una fuerte cuesta a unos familiares mayores para que fueran a misa. Contemplar la alegría de una tía que recibe a su sobrino porque prefiere estar con ella en un pequeño pueblo, que en la gran urbe.
Ante el silencio de mi Señor ante las preguntas importantes que le hago, me siento guiado a responder sobre cuestiones que a mi juicio son menos importantes. Tratando de dar respuesta, encuentro más paz y alegría. Y veo la sabiduría de mi Señor, que me conduce por este camino antes de dar respuesta a mis grandes preguntas.
Estando Ignacio de Loyola recuperándose de su herida del asedio en Pamplona y queriendo leer libros de caballerías para pasar el rato, sólo le pudieron dar vidas de santos. Viéndose él pensando en grandes hazañas como caballero o compitiendo en proezas con los santos, encontraba gran gusto y consolación. Sin embargo, pasado un tiempo las proezas de caballero que había imaginado le dejaban vacío y baldío, mientras que las de los santos permanecían, dejándole gran sensación de alegría.
Quiera mi Señor mover mi voluntad para tomar decisiones acertadas. Poniendo día a día en mi ánima, afecto y razón sobre lo más conveniente. Deseando y eligiendo ir acertando en las pequeñas decisiones diarias, para que así educado, tenga a bien mi Señor concederme la dicha de acertar en las grandes decisiones. Eligiendo con su favor y ayuda, lo que sea vuestro mayor servicio y alabanza.
Bendigan, pueblos, a nuestro Dios, que se escuchen sus voces, que lo alaban.
Vengan a oírme los que temen a Dios, y les contaré lo que hizo por mí.
Mi boca le gritaba alabanzas
pues estaban debajo de mi lengua.
Concédeme contemplar Tu paso por la historia y vendrán a escucharme y no podré por menos que contar lo que hiciste conmigo, lo que vi que hacías con otros. Se maravillarán y alegrarán.
Dos manzanas, 9/08/2013. La Federación Estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales expresa su alarma y repudio ante la grave situación que viven lesbianas, gais, transexuales y bisexuales en la Federación Rusa, al tiempo que insta a las autoridades españolas y europeas a que actúen ante la dramática situación del colectivo.
Estémos preparados, ceñidos y con las lámparas encendidas.
Seamos como los que esperan el regreso de su señor, que fue a una boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos.
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!
Y felices no por miedo a que nos pillen, sino por haberle reconocido, haber podido contemplar cómo se hizo presente en nuestra propia historia.