Lectio Divina 2014-01-19: Bautismo de Jesús
El relato del bautismo de Jesús en el evangelio de Juan (1:29-34) es muy peculiar. En primer lugar, no menciona el bautismo como tal; ni cita las palabras exactas que oyó Jesús cuando se apareció sobre él el Espíritu (si es que tenía noticia de las mismas); en realidad, toda la descripción de un acontecimiento tan importante como aquel se basa exclusivamente en el testimonio del Bautista: “He visto al Espíritu… Yo lo he visto, y soy testigo de que es el Hijo de Dios”. Hay, con todo, algunos detalles que deberíamos tener muy en cuenta, ya que nos proporcionan una síntesis de su mensaje respecto a Jesús. Ante todo, tenemos la afirmación solemne de su naturaleza de “Hijo de Dios”, aun cuando puede que el mismo Juan no tuviera una idea muy clara de las implicaciones de ese título mesiánico y de lo que en realidad significaba para Jesús.
Mateo 3:13-17


La Epifanía del Serñor: En esta celebración, el signo que destaca es sin duda la actitud de los Magos, su respuesta a una llamada que les hizo abandonar su casa y su tierra en Oriente para buscar al rey de Israel. La pregunta que plantean y el lugar que visitan para encontrar al niño también merecen nuestra atención. El lado positivo es su deseo de encontrar y adorar a aquel cuya importancia les parece tan grande que no dudan en seguir una pista tan incierta como una estrella en el cielo, y viajar de noche (de nuevo la oscuridad) enfrentándose al peligro y la zozobra de lo desconocido. La dimensión negativa (como siempre, la paradoja) es el lugar donde buscan al niño. Su búsqueda sigue las reglas más estrictas de la lógica: ¿en qué otro sitio se ha de encontrar a un rey recién nacido sino en palacio? Y de nuevo (sí, la paradoja), tienen que abandonar la corte y la capital del reino y encaminarse a una aldea diminuta, a una casa humilde (Mateo no menciona ni el establo ni el pesebre), donde al cabo encuentran y adoran al rey recién nacido. Y ellos, varones “sabios”, observadores de signos en los cielos, encuentran la Verdad, la Sabiduría misma, la Palabra de Dios, encarnada en un niño, ¡un “infante”, incapaz de hablar!
Esta página contiene la Lectio Divina con reflexiones escritas por el Reverendo D. Mariano Perrón, sacerdote católico de la archidiócesis de Madrid.
Siempre que los humanos pensamos en Dios (o en los dioses, da lo mismo), esperamos algo extraordinario, maravilloso, en los que estén presentes el poder y la gloria como signo de la divinidad. Hasta cierto punto, puede decirse que el Antiguo Testamento responde a ese esquema mental: Dios realizó grandes signos y portentos con los hebreos, trasladándolos milagrosamente de la esclavitud a la libertad. Por medio de Moisés, fulminó al Faraón, hizo que su pueblo atravesara el mar Rojo por tierra seca, les dio de comer en el desierto… Podríamos seguir recordando el número de batallas y gestas en las que mostró su poder. Pero, al cabo de una larga historia de contrastes entre la fidelidad de Dios a sus promesas y la desobediencia de Israel, “cuando se cumplió el tiempo”, se hizo presente de una manera nueva: por medio de su propio Hijo.
Este taller sobre comunicación efectiva tendrá lugar los sábados 5 y 12 de abril de 2014, de 11h a 18h. El número máximo de asistentes es de 15.