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Aprendiendo a pedir

Si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora  no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis para que vuestra alegría sea completa […] Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios (Juan 16, 23-27).

¡Cuántas cosas pedimos! ¿Cuántas se nos dan? ¿Cómo las pedimos? ¿Para quién? Hoy pido a Dios que nos bendiga a cada uno, bendiga a nuestras familias, amigos y conocidos. Dios bendiga na las personas mayores, a los enfermos y a quienes viven con angustia la incertidumbre de no saber cómo salir adelante. Dios bendiga a quienes se reunieron con él y conceda paz y consuelo a quienes los echamos de menos. Dios despierte nuestra solidaridad ante quienes están cerca de nosotros y sabemos que necesitan ayuda y ante quienes están lejos y no conocemos pero que con certeza necesitan de nuestro apoyo y nuestra oración. Dios bendiga nuestras peticiones para que pidamos en su nombre en el día en que «no os digo que yo rogaré por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios».

La diversidad sexual en nuestras comunidades

Esta sesión de formación tiene lugar el 16 de mayo de 2020 a las 21h (hora peninsular) y 20h (hora de Canarias) organizada por el Centro Loyola de las Palmas de Gran Canaria dentro del programa PADIS (Pastoral de Diversidad sexual) de Canarias. En ella James Alison compartirá con nosotros su experiencia sobre la diversidad sexual en nuestras comunidades cristianas. Puedes conectarte con esta charla a través de YouTube si sólo quieres escucharla o a través de ZOOM si quieres participar. Para entrar por ZOOM es necesario introducir el nombre y la ciudad desde donde se hace la conexión para ser admitido (añadid si queréis el grupo al que pertenecéis e.g. CRISMHOM). Está disponible el registro de VÍDEO de esta charla.

2020-05-17. 6º Domingo de Pascua. “No os dejaré huérfanos”

no os dejare huerfanosEvangelio según san Juan (14,15-21)  En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».

Acompañar en la Esperanza en tiempos de crisis

20200510 ESPERANZA EN TIEMPOS DE CRISIS Esta reflexión tiene lugar el sábado 9 de mayo de 2020 de 19 a 21 horas. En ella, Cristóbal facilita nuestra reflexión en torno al acompañamiento esperanzado en tiempos de crisis. Su reflexión comienza con la contemplación del pasaje de los Hechos de los apóstoles en el que Felipe, se acerca a un etíope que vuelve de Jerusalén, desesperanzado por no entender al profeta Isaías (Hch 8, 26-40). Tras la reflexión en la que estas dos personas desesperanzadas se acompañan mutuamente, se desencadena la esperanza por el encuentro con Jesús resucitado. Posteriormente Cristóbal nos plantea tres retos/provocaciones para vivir con esperanza en tiempos de confinamiento: el cuidado propio; el cuidado a los demás y la consciencia de las actitudes que nos mueven a hacerlo. 

2020-05-10. 5º Domingo de Pascua. “Yo soy el camino y la verdad y la vida”

 camino verdad y vidaEvangelio según san Juan (14, 1–12 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y donde yo voy, ya sabéis el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre.

2020-05-03. 4º Domingo de Pascua. “Yo soy el buen pastor”

el buen pastorEvangelio según san Juan (10, 1–10)  En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.

Los locos de Dios

 Las personas que me conocen, saben que estoy loco. Las que aún no lo han descubierto … ¡no se para donde están mirando!!!! «Una vez existió un gran Kabbalista que cuando su mundo se desmoronaba a su alrededor, sonreía, reía a carcajadas y bailaba incluso más que en el resto de su vida. La certeza del …

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Salud y bienestar mental en tiempos del coronavirus

El otro día estuve escuchando a Marian Rojas, psiquiatra y escritora del libro “¿Qué hacer para que te pasen cosas buenas?”, una charla sobre cómo gestionar nuestro bienestar y sanidad mental en estos tiempos del coronavirus. Tomé estas notas que comparto contigo por si te pueden ayuda. Los psiquiatras y terapeutas nos vamos adaptando también …

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2020-04-26. 3º Domingo de Pascua. “Lo reconocieron al partir el pan”

la cena de emaúsEvangelio según san Lucas (24, 13-35) Aquel mismo día, iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado allí?» El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería quien iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.» El les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo adonde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.