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Como trata un maestro a un niño

En este tiempo le trataba Dios de la misma manera que trata un maestro a un niño, enseñándole; y ora esto fuese por su rudeza y grueso ingenio, o porque no tenía quien le enseñase, o por la firme voluntad de servirle, que claramente él juzgaba y siempre ha juzgado, que Dios le trataba desta manera.

Sobre la humanidad de Cristo

Muchas veces y por mucho tiempo, estando en oración Ignacio de Loyola, veía con los ojos interiores la humanidad de Cristo, y la figura, que le parecía era como un cuerpo blanco, sin distinción de miembros […] Esto visto le confirmó tanto entonces como siempre en la fe, que muchas veces ha pensado consigo: si no hubiese Escriptura que nos enseñase estas cosas de la fe, él se determinaría a morir por ellas, solamente por lo que ha visto.

Encuesta de satisfacción de formación 2012/13

Esta página contiene los resultados de la encuesta que realizó CRISMHOM sobre su programa de formación del curso 2012/13. La encuesta se realizó sobre un total de veinte sesiones de formación durante los meses de verano a través de un formulario en una página web. Sigue leyendo para ver los resultados. Algunas de estas sesiones de formación se realizaron en colaboración con el Área de Asuntos Religiosos de la FELGTB.

Rompiendo costumbres sin sentido

En la misma Manresa, a donde Ignacio de Loyola estuvo cuasi un año, después que empezó a ser consolado de Dios y vio el fructo que hacía en las almas tratándolas, dejó aquellos extremos que de antes tenía; ya se cortaba las uñas y cabellos.

Creando costumbres con sentido

Y porque Ignacio de Loyola había sido muy curioso de curar el cabello, que en aquel tiempo se acostumbraba, y él lo tenía bueno, se determinó dejarlo andar así, según su naturaleza, sin peinarlo ni cortarlo, ni cobrirlo con alguna cosa de noche ni de día. Y por la misma causa dejaba crecer las uñas de los pies y de las manos, porque en esto también había sido curioso.

Contemplando una oblea de pan

Estando Ignacio de Loyola oyendo misa un día, y alzándosele el Corpus Domini, vio con los ojos interiores unos como rayos blancos que venían de arriba; y aunque esto después de tanto tiempo no lo puede bien explicar, todavía lo que él vio con el entendimiento claramente fue ver cómo estaba en aquel Santísimo Sacramento Jesucristo nuestro Señor.

Rompiendo ayuno, por voluntad de Dios

Y perseverando, Ignacio de Loyola, en la abstinencia de no comer carne, y estando firme en ella, un día se le presentó delante carne para comer, sin haber precedido ningún deseo della; y le vino también juntamente un grande ascenso de la voluntad para que de allí en adelante la comiese; y aunque se acordaba de su propósito de antes, no podía dudar en ello. Y contándoselo a su confesor le decía que mirase por ventura si era aquello tentación; más él, examinándolo bien, nunca pudo dudar dello.

Amar

La vida espiritual se resume en amar. No se ama cuando se quiere hacer el bien, o ayudar, o proteger a alguien. Si obramos asi, estamos viendo al otro como un simple objeto, y a nosotros mismos como personas generosas y sabias. Esto no tiene nada que ver con el Amor. Amar es estar en comunión con el otro, y descubrir en él el fuego de Dios (Thomas Merton).

Una mula providente

camino iba Ignacio de Loyola y encontróse con un moro. Hablando de Nuestra Señora diole el moro razones, sin poderlas contravenir, de que la Virgen no podía ser tal. Y adelantándose el moro, díjole que pararía en una villa junto al camino real. Quedándose muy incómodo Ignacio y con deseo de apuñalarlo por deshonrarla, sin saber qué hacer, dejó a la mula sin riendas en donde se dividía el camino real. Y aunque el camino hacia la villa del moro era más amplio y el destino era visto, continuó la mula por el camino real.

Haciéndose hombre, uno de tantos

Contemplando el mal en el mundo, la guerra, la explotación con un profundo sentimiento de impotencia. Contemplando a las tres personas divinas mirando la situación en el mundo. Viéndose afectadas hondamente por esta situación, deciden enviar a una de ellas para salvar al mundo. Haciéndose hombre, uno de tantos, nacido en un pesebre en medio de pastores.