2014-06-19 «Vosotros orad así»
IntroducciónLectio Divina 2014-06-22: «Yo soy el pan»
DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 6, 51-58Lectio Divina 2014-06-15: La Trinidad «Tanto amó Dios al mundo…»
Lectio Divina 2014-06-08: Recibid el Espíritu

Lectio Divina 2014-junio-01: «Estoy con vosotros hasta el fin del mundo»
En aquel tiempo los once discípulos fueron a Galilea, al monte que Jesús había señalado, y, al verlo, lo adoraron. Algunos, sin embargo, habían dudado. Jesús se acercó y les dijo: —Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos míos en todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.Lectio Divina 25 de mayo de 2014: Volveré a estar con vosotros
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.
Lectio Divina 18 de marzo de 2014: «Yo soy el camino»
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 1-12Lectio Divina 11-Mayo-2014: Jesús es un buen pastor
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 10, 1-102014-05-01 ¿Quién es Jesús para mí?
Entrada. ¿Quién es Jesús para mí? Esta es la pregunta esencial de nuestra vida; como también es esencial la respuesta; en realidad nos pasa como a los de Emaús, que no lo sabemos decir, no lo vemos claro, o quizá podemos dar una respuesta rápida, vaga y vacía, cualquier respuesta irreflexiva. No sabemos qué contestar en realidad; pero nuestro corazón sí que lo sabe, sí que lo sabemos, pues “¿no ardía nuestro corazón, cuando nos hablaba? ¡Sí era Él, era el Cristo de Dios!
Le reconocemos en el hermano, en la oración, cuando entramos en el dialogo silencioso, en la música callada, en la suave brisa que pasa, en la comunión con los hermanos, en la fracción del pan.
Calla y escucha, escúchate, que estás habitado, que el Rey vive en su palacio, que eres tú mismo.