2011-09-10: Sobre el perdón
Sábado 10 de Septiembre Celebración de la Palabra «Perdón es la fragancia que la violeta suelta, cuando se levanta el zapato que la aplastó»
Introducción
Todos los jueves a las 20:30h en Barbieri 18, tiene lugar un rato ecuménico de oración comunitaria a la que está todo el mundo invitado. En este apartado se añaden algunas de las oraciones realizadas. Si quieres orar, esta es tu sección.
Sábado 10 de Septiembre Celebración de la Palabra «Perdón es la fragancia que la violeta suelta, cuando se levanta el zapato que la aplastó»
Introducción
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Hoy el Señor resucitó y de la muerte nos libró.
ALEGRIA Y PAZ HERMANOS QUE EL SEÑOR RESUCITÓ.
Porque esperó Dios le libró y de la muerte lo sacó.
ALEGRIA Y PAZ HERMANOS QUE EL SEÑOR RESUCITÓ.
El pueblo en Él vida encontró la esclavitud ya terminó.
ALEGRIA Y PAZ HERMANOS QUE EL SEÑOR RESUCITÓ.
La Luz de Dios en Él brilló, la nueva vida nos llenó.
ALEGRIA Y PAZ HERMANOS QUE EL SEÑOR RESUCITÓ.
Con gozo alcemos el rostro a Dios que de Él nos llega salvación.
ALEGRIA Y PAZ HERMANOS QUE EL SEÑOR RESUCITÓ.
Canto de entrada:
“Venite exultemus Domino, venite adoremus”
Reflexión de entrada
¿Por qué ni los discípulos ni María reconocen a Jesús en las primeras apariciones?
¿No tenía el mismo cuerpo? ¿O estaban tan cegados por la tristeza, por la desesperación, por la duda… que no le podían reconocer por ello? Es un misterio.
Y nosotros, ¿cómo reconocemos a Jesús Resucitado? Su presencia se nos da a través del Espíritu Santo. ¿Tendremos demasiada tristeza y desesperanza como para no reconocerle?
Tal vez esperamos mensajes extraordinarios por parte de Jesús, grandes acontecimientos.
¿Estamos dispuestos a escuchar nuestro nombre? Al reconocer su voz diremos: ¡Maestro!.
La oración, el encuentro con Dios, no necesita de muchas palabras, tal vez un sencillo
balbuceo y una mirada ocasionan un reconocimiento de nuestro Señor, que nos acompaña
No hay nada mas perfecto que el amor
Autor: Corintios 1:13
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas,
y no tengo amor,
vengo a ser como metal que resuena,
o címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía,
y entendiese todos los misterios y toda ciencia,
y si tuviese toda la fe,
de tal manera que trasladase los montes,
y no tengo amor,
nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres,
y si entregase mi cuerpo para ser quemado,
y no tengo amor,
de nada me sirve.
El amor es sufrido,
es benigno;
el amor no tiene envidia,
el amor no es jactancioso,
no se envanece;
no hace nada indebido,
no busca lo suyo,
no se irrita,
no guarda rencor;
no se goza de la injusticia,
más se goza de la verdad.
Todo lo sufre,
todo lo cree,
todo lo espera,
todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser;
Tengo Sed de Ti
Jesús es Dios, por lo tanto,
Su Amor y Su Sed son infinitos.
Él, Creador del universo,
pidió el amor de sus criaturas.
Tiene sed de nuestro amor…
Estas palabras:
«Tengo sed»,
¿tienen un eco
en nuestra alma?
«Mira que estoy a la puerta y llamo…» (Apocalipsis 3, 20)
NOTA: Encontrareis para descargar en MP3 los cantos de esta oración al final del texto
Canto de entrada
Más allá de miedos
Más allá de mi inseguridad
Quiero darte una respuesta
Aquí estoy para hacer tu voluntad
Para que mi amor sea decir que sí hasta el final
Introducción
Escuchamos continuamente en la Palabra decir a Jesús que nos pongamos en camino para construir el Reino de Dios, hay multitud de referencias en los evangelios al Reino, cada uno de nosotros seguro recuerda muchas, a mí en este momento viene a mi Ser aquella parábola que hace referencia a que el Reino se parece a una semilla de mostaza, que parece insignificante pero crece fuerte y robusta, buscando los pájaros cobijo en sus ramas.
NOTA: Encontrarás el canto UBI CARITAS al final de la oración para descargar en MP3
Canto de entrada:
Ubi caritas, et amor.
Ubi caritas,
Deus ibi est.
Lectura cuento:
Texto de meditación
Hoy más que nunca se alza una llamada a abrir caminos de confianza hasta en las
noches de la humanidad. ¿Presentimos esta llamada?
Los hay que, por el don de sí mismos, dan testimonio de que el ser humano no está
abocado a la desesperación. ¿Somos de éstos?
Una urgencia que viene de las profundidades de los pueblos: ir en socorro de las
víctimas de una pobreza que conoce un continuo crecimiento. Ésta es una necesidad fundamental en vistas a una paz sobre la tierra.
El desequilibrio entre la acumulación de las riquezas de un cierto número y la pobreza de multitudes es una de las cuestiones más graves de nuestro tiempo. ¿Haremos todo lo posible para conseguir que la economía mundial aporte soluciones?
Ni las desgracias, ni la injusticia de la pobreza vienen de Dios: Dios no puede más que dar su amor.
Y hay un súbito asombro al descubrir que Dios mira a todo ser humano con una