Solidaridad
Texto de meditación
Hoy más que nunca se alza una llamada a abrir caminos de confianza hasta en las
noches de la humanidad. ¿Presentimos esta llamada?
Los hay que, por el don de sí mismos, dan testimonio de que el ser humano no está
abocado a la desesperación. ¿Somos de éstos?
Una urgencia que viene de las profundidades de los pueblos: ir en socorro de las
víctimas de una pobreza que conoce un continuo crecimiento. Ésta es una necesidad fundamental en vistas a una paz sobre la tierra.
El desequilibrio entre la acumulación de las riquezas de un cierto número y la pobreza de multitudes es una de las cuestiones más graves de nuestro tiempo. ¿Haremos todo lo posible para conseguir que la economía mundial aporte soluciones?
Ni las desgracias, ni la injusticia de la pobreza vienen de Dios: Dios no puede más que dar su amor.
Y hay un súbito asombro al descubrir que Dios mira a todo ser humano con una