Oración Soledad

NOTA: Podeis encontrar la canción «Nada te turbe» por el coro Taizé para descargar al final de la oración.

 

Música
“Nada te turbe” (Taizé)
Nada te turbe, nada te espante
Quién a Dios tiene, nada le falta
Nada te turbe, nada te espante
Sólo Dios basta. (bis)

Señor vivimos en una sociedad en la que casi todo se tiende a materializar, compramos y vendemos objetos materiales pero a veces tendemos a aplicar los mismos patrones a nuestras relaciones humanas, al afecto, a la amistad…, tanto me aportas tanto te considero, algún filósofo ha llamado a esto vida líquida.
Y, claro nos sentimos infelices y solos, porque siempre nos queda algo o alguien ‘mejor’ por tener o usar.
Señor, en el medio de una sociedad cada vez más individualista y con más soledad, incluso cuando no estamos solos físicamente, algunos te buscamos y te pedimos que ilumines nuestro quehacer, nuestro corazón, que hagamos que otro mundo sea posible con nuestras pequeñas manos y nuestras acciones.

Música “Nada te turbe” (Taizé)

Salmo 85
Inclina tu oído, Señor, escúchame,
que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy llamando todo el día;
alegra el alma de tu siervo,
pues levanto mi alma hacia ti;
Porque tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica.
En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas.
Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú, y haces maravillas;
tú eres el único Dios».
Enséñame, Señor, tu camino,
para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero
en el temor de tu nombre.
Da fuerza a tu siervo,
salva al hijo de tu esclava;
dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

Música “Nada te turbe” (Taizé)

Lectura del Evangelio de Juan, 17, 6-11, 17-20
He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú
me los has dado; y han guardado tu palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti;
porque las palabras que tu me diste se las he dado a ellos y ellos las han aceptado y han reconocido
verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tu me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el
mundo sino por los que tú me has dado porque son tuyos; y todo los mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y
yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos si están en el mundo y yo voy a ti.
Padre Santo, cuida en tu nombre a los que has dado, para que sean uno como nosotros …..
Santifícalos en la verdad: tu palabra es la verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he
enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mi mismo, para que ellos también sean santificados en la
verdad. No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí.

Meditación/Silencio
(10/15 minutos)
Peticiones
Padre Nuestro

HOY APRENDÍ QUE
Madre Teresa de Calcuta

El obstáculo más grande es: EL MIEDO
El día más bello es: HOY
Los mayores maestros son: LOS NIÑOS
El mayor error es: DARSE POR VENCIDO
El más grande defecto es: EL EGOISMO
La mayor distracción es: EL TRABAJO
La peor bancarrota es: EL DESANIMO
El sentimiento más vil es: LA ENVIDIA
El regalo más hermoso es: EL PERDON
El mayor conocimiento es: DIOS
Lo más maravilloso es: EL AMOR
La mayor felicidad es: LA PAZ


Adjunto 1
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad