Sin dejarse pisotear

De estas personas (las contemplativas) está muy lejos estima suya de nada. Gustan entiendan sus pecados y de decirlos cuando ven que tienen estima de ellos. Así les acaece de su linaje, que ya saben que el reino que no se acaba no han de ganar por aquí. Si gustasen ser de buena casta, es cuando para más servir a Dios fuera menester; cuando no, pésales los tengan por más de lo que son, y sin ninguna pena desengañan, sino con gusto. Es el caso que debe ser a quien Dios hace merced de tener esa humildad y amor grande a Dios, que en cosa que sea servirle más ya se tiene a sí tan olvidado, que aún no puede creer que otros sienten algunas cosas ni lo tienen por injuria (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 36, 11).

Que no sea seguir esta nota, motivo de alfombrarnos para dejar que nos pisen o no valorarnos ni reconocer nuestros logros. Que quiero hoy entender que fue escrita para los que ya se creen más que otros y se permiten atropellar a los demás, incluso en nombre de Dios.

Ain Karem, Jesús

Tú eres palabra de vida, Jesús, maestro.
Tú eres salud y esperanza, Jesús, sanador.
Tú que deshaces nuestras ataduras, Jesús liberador.
Fuente de agua viva, mesa de paz, Jesús, nuestro Señor.

Ante tu nombre, Jesús, nuestras rodillas se doblan. Sólo en tu nombre, caminaremos y anunciaremos el Reino de Dios. Jesús, buen Jesús, nuestro Señor, Jesús.

Tú eres luz y camino, Jesús, maestro.
Tú eres perdón y refugio, Jesús, sanador.
Tú quien despierta nuestros oídos, Jesús, liberador.
Fuego en las entrañas, amor verdadero, Jesús, nuestro Señor.

Ante tu nombre, Jesús, nuestras rodillas se doblan. Sólo en tu nombre, caminaremos y anunciaremos el Reino de Dios. Jesús, buen Jesús, nuestro Señor, Jesús.

Tú eres nuestro sentido, Jesús, maestro.
Bálsamo y consuelo en nuestras heridas, Jesús, sanador.
Tú que nos hermanas colgado en un madero, Jesús, liberador.
Pobre entre los pobres, Dios hecho pequeño, Jesús, nuestro Señor.

Descubriendo mis límites físicos

Descubriendo mis límites físicos. Empezando a darme cuenta de que no puedo continuar con el mismo ritmo de actividad sin recibir señales de cansancio, falta de sueño e incluso sentirme mal físicamente de que es preciso bajarlo, encontrar espacios para mi propio gozo y disfrute. Viendo y experimentando que cada vez me cuesta más trabajo sacar adelante las cosas que hago. Señor, concédeme un NO por respuesta para que pueda haber síes más hondos cuando mi querido Señor me enseñe a cuidar de mí mismo.

Rompiendo la cadena de la venganza

Cuando Jesús nos exhorta a amar a nuestros enemigos, no se refiere a dejarse pisotear, sino a no dejarse gobernar por el mal que se nos hace, a no entrar en el juego de la venganza que nos pone al mismo nivel que nuestro enemigo. La misericordia rompe la cadena de la venganza.

María, madre de la fe

María, madre de la fe, no aparece en ningún momento en los evangelios como testigo de la resurrección de Jesús. En quien Dios sustentó su proyecto de Salvación, ¡bendita esperanza! transitó un camino de conversión como el que transitamos cada uno de nosotros. Dios necesitó la humildad y los cuidados de María, como los necesita de cada uno de nosotros para construir su Reino, mostrar su rostro, hacernos ocupar el lugar que nos corresponde como personas y abandonar el lugar que no nos corresponde como esclavos de las cuestiones intrascendentales que gobiernan nuestra vida. ¿Qué lugar ocupa María en nuestra vida?

Aproximación a María

Aproximándonos a María con una mirada abierta más allá de la belleza e ingenuidad que solemos tener de ella. Joven virgen sin grandes pretensiones, probablemente analfabeta y con una fuerte vivencia de fe. Siguiendo la tradición de sus padres, se convirtió en la discípula por excelencia. Haced lo que Él os diga nos dice María en las bodas de Caná para hacernos llegar a Jesús. Aquí tienes a tu madre nos dice Jesús desde la cruz junto a Juan, para hacernos llegar a María. Desposada con un desconocido José en el pueblo de Nazaret del que se decía que nada bueno podía salir de él. Dijo un sí rotundo a una llamada a ser madre de un hijo concebido por la fuerza del Espíritu Santo, junto a un padre adoptivo que también creyó y quiso ponerse al servicio del proyecto de Dios. Jesús nace humanizando su divinidad y divinizando nuestra humanidad. José vela mientras que María guarda los acontecimientos incomprensibles en el interior de su corazón.

Señor, enséñame a protegerme

Señor, enséñame a protegerme. A no justificar a quienes me tratan o por quienes me siento tratado mal, injustamente. Aunque no haya mala intención en su corazón, sino incapacidad, limitación e inconsciencia cuando nos dañan. Deben saberlo por nosotros. Si no se lo decimos les hacemos y nos hacemos un flaco favor. Aprender a expresar con cariño a quienes nos hacen daño, que ha sido así, aunque sea levemente. Si no nos entrenamos para hablar sobre los pequeños malentendidos y males, no será mucho más traumático hablar de los grandes.

Feliz Pascua de Resurrección

¡¡¡¡Alegrémonos!!!!

Niños, jóvenes, madres, padres, abuelas, abuelos, niños por nacer, sacerdotes, consagradas, laicos, creyentes y no creyentes, heridos y cuidadores, personas de toda raza, condición, orientación sexual o identidad de género.

Regocijémomos. ¡Que los árboles florezcan, que fluyan los ríos, que salga el sol, canten los pájaros, que se derritan las nieves! ¡Despertad! ¡Celebrad! ¡Gritad!

Porque ¡¡¡CRISTO HA RESUCITADO!!!

Porque ¡Dios nos ama!
Porque ¡Dios nos libera!
Porque ¡existimos en su amor para SIEMPRE su Misericordia no tiene fin!

Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida, dejarse tocar el corazón ante el mal cometido.

Es el momento de escuchar el llanto de los inocentes, privados de bienes, dignidad, afecto o la vida misma. Dios no se cansa de tender la mano.

Esta es la noche de la reconciliación.

Esta es la noche de la acogida.

Esta es la noche de la paciencia y la ternura.

Esta es la noche del consuelo.

Esta es la noche de la dignidad.

Esta es la noche de la aceptación.

Esta es la noche en la que la que nos han precedido nos acompañan desde la resurrección.

Esta es la noche en la Cristo ha vencido a la muerte.

¡¡¡Qué noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano con lo divino!!!

Te rogamos que la llama que arde en nuestros corazones ilumine nuestra vida por los siglos de los siglos. AMÉN.

¡¡¡ FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN !!!

Misericordia y fraternidad

La Misericordia es igualdad de corazones, una fraternidad que implica una ruptura del propio corazón frente al que es igual que nosotros. Es reconocerse a uno mismo mirando al otro. El evangelio proclama la igualdad de corazón de un Dios que se hace en todo semejante a nosotros. Entretanto, nosotros nos empeñamos en imaginarnos a un Dios que nos mira de lejos y al que tenemos que pagar algún tipo de precio. No tenemos acceso a una paternidad de Dios por su Misericordia sino creando fraternidad con Jesús, descubrimos que tenemos un solo Padre. Dios se abstiene de cualquier superioridad mostrando su Misericordia para descubrise a sí mismo en nosotros al igual que nosotros le descubrimos a Él al descubrirnos en nosotros mismos (Retiro de Cuaresma con James Alison).

Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con vosotros

Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. El dice: «Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra» (Isaías 49, 1-6).

Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con vosotros. Me buscaréis, pero yo os digo ahora lo mismo que dije a los judíos: ‘A donde yo voy, no podéis venir’. Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?». Jesús le respondió: «A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás». Pedro le preguntó: «¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti». Jesús le respondió: «¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces» (Juan 13, 36-38).