Dios nos amó primero
Nosotros amamos porque Dios nos amó primero. El que dice: «Amo a Dios», y no ama a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve? Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ama a Dios debe amar también a su hermano. La señal de que amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos que no son una carga, porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe.