El pasaso sábado 29 y domingo 30 de septiembre, un grupo de CRISMHOM visitó la edición Monacatus de Las Edades del Hombre en Oña (Burgos). Este artículo presenta una pequeña crónica de este evento y de las impresiones de algunos de los que participaron en él.
Nos encontramos, como previsto, en la Plaza de Castilla, hacia las 9:45. Éramos solo 11 personas, por lo que no fue necesario mas que tres coches en los que nos acomodamos ampliamente.
El día era húmedo y lluvioso, pero no nos desanimo, iniciando el viaje con alegría de pasar un par de días a nuestro aire. Paramos en un pueblo de carretera, cuyo nombre no recuerda nadie, a tomar un cafelito y estirar las piernas. Siguiendo camino los tres coches, uno tras otro, procurando no pasar de 120 km/hora, por si las multas; bueno no todos que un coche negro voló y nos dejo atrás rápidamente. Otra paradita en Lerma, otra ciudad hermosa, memorable, España cada día estas mas guapa; cafecito y buitres volando encima de la ciudad. Bueno, después de las consabidas peripecias y de perdernos un poco por esas carreras secundarias, llegamos felizmente a Oña la hermosa. Buscamos el alojamiento y dejamos los trastos, salimos a dar una vuelta.
La ciudad nos impacto por su belleza, limpieza y cuidado, casi todas las casas estaban remozadas, hermosas piedras, parecía un pueblito medieval en muchos aspectos. El albergue era magnifico, limpio y ordenado perfectamente, de forma que estuvimos cómodos, con sus duchas, y amplias mesas, no había acceso a las cocinas, pero nos arreglamos, camas literas y buena temperatura, calefacción, etc. Al día siguiente, domingo, desayuno, buscamos un bareto para un café que nos hacia falta a todos, hacemos tiempo para la hora de la visita guiada al monasterio de los agustinos.
Visitamos una exposición de productos de la tierra, muy humana y familiar, por ser los propios habitantes de la zona quienes ponían sus puestos, con pimientos, miel, quesos, juguetes rústicos. Etc. Y visitamos las Edades del Hombre, acompañados de una guía joven y simpática, quien nos explicó, a través de unos cascos, todas las maravillas de la exposición, el tema era el monacato, los monjes y sus historia, cuantas cosas hermosas hay en la religión, cuantas obras, esculturas, ideas, cuanto amor. Acabada la visita, paseo por la ciudad, por la exposición der los productos de la tierra, algún cafecito mas, alguna iglesita mas que visitar. Comemos con lo que habíamos traído, en alegrías y risas, en fraternidad. Recogemos los trastos y nos vamos a los coches, pero aun hacemos una parada en Burgos, tarde de sol, en una ciudad tranquila en su domingo por la tarde, visita a la catedral , esta magnifica, restaurada y limpiada, blanca y resplandeciente, lo que nos sorprende a quienes la conocíamos de otros tiempos en ue estaba negra, sucia de humos y años.
Remprendemos camino, y paramos una vez mas, un café, claro, en Guadarrama, donde visitamos la capilla de los polacos, en recuerdo de los soldados de Napoleón, que lucharon en la batalla de Guadarrama, recuerdos de otros tiempos, pero hoy es mas un monumento de fraternidad Polonia-España. Y camino a Madrid, sin tomar mas cafés, llegamos bien a pesar de un cierto atasco en ruta. Y cada mochuelo a su olivo, dando Gracias a Dios por este viaje, este encuentro entre los hermanos crismonitas. Quiero hacer especial mención de agradecimiento a Antonio, que nos preparó todo con sumo cuidado y cariño.
A continuación, testimonios de algunos de los que disfrutaron de esta excursión:
Gracias a todos por el sol, por la lluvia, por las risas con puntillas, por los sabores que te atan al mundo, por las conversaciones en lo hondo, por las carcajadas desbocadas, por los abrazos y los besos, por las miradas con intención, por las cinco fieras tan amables que pisa el santo -aunque dos se las hayan perdonado, por los fantasmas de los monjes, por las claridades y las sombras, por aguantarme, por cultivar mi paciencia y por ser como sois. ¡Qué gente maravillosa, y qué viaje asomándose al misterio, buscando las fuentes de lo que significa vivir!
Efectivamente, ha sido estupenda y el ambiente cordial y de humor que hubo no tiene precio. Además, fue muy bien aprovechada porque visitamos Lerma, el cañón del río Oca, la exposición «Las Edades del Hombre» en el Monasterio de Oña ( preciosa ) y el domingo por la tarde nos fuimos a Burgos, y algunos visitamos la catedral, que te voy a decir de la misma. En cuanto al alojamiento, magnífico. Es un albergue municipal que han aprovechado para ello la antigua estación de ferrocarril del pueblo ya que es uno más de los miles de pueblos que poco a poco se van quedando sin el tren. Está muy bien acondicionado y es muy cómodo y muy bien de precio. Y el paraje que le rodea extraordinario porque está a la entrada del cañón del río Oca por lo que está rodeado de vegetación y a la salida del pueblo. Así, que más no se puede pedir. Encima, por si fuera poco coincidimos con la celebración de un mercado agrario y de artesanía popular, el domingo por la mañana, en Oña. Encantador por el carácter rural del mismo. Había quesos, chorizos, salchichones, chocolate, dulces típicos de la zona, panes de pueblo e infinidad de puestos con productos preciosos de hortalizas, frutas, ajos, calabazas enormes, etc. En cuanto a la artesanía, desde productos de la forja, de barro, mantas rústicas, etc. Por cierto, había un pastelero que se llevo la atracción de todos y fueron a hacerle fotos sin comprarle claro.