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El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz

El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia. como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín.

Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda la has destrozado. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas.

Gracias, gracias; muchas gracias; muchísimas gracias, por hacerte presente entre nosotros en forma de un niño. Como ellos, tu cambias nuestra actitud, nuestra mirada y nuestra vida.

Gracias, María, gracias

Gracias, María, gracias, por ser del Señor. Por estar disponible y dispuesta a colaborar con el plan de Dios, dejando que sucediera en ti lo que había previsto. Gracias, María, gracias. Muchas gracias. Muchísimas gracias. Porque por ti, un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Y la soberanía reposará sobre sus hombros y le llamarán Maravilloso Consejero, Dios Todopoderoso, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz (Is 9, 10).

Ayúdame a hacer silencio, Señor

Ayúdame a hacer silencio, Señor. Quiero escuchar tu voz. Toma mi mano y guíame al desierto. Encontrémonos a solas, tú y yo. Necesito sentirte dentro de mí, la calidez de tu voz, caminar juntos. Callar para que hables tú.

El cuidado de lo externo ayuda a que crezca lo interno

El cuidado de lo externo ayuda a que crezca lo interno. El silencio, la luz, la belleza no aparente, el color, encontrarse en comunión íntima con el propio cuerpo. Para ahondar en el deseo y desear con más fuerza. Antes de orar, humildad. Tras la oración, sólo agradecimiento.

2012-12-20 Felicitación de Navidad 2012

El Dios de lo pequeño. La vida oculta de Jesús. Treinta años de su vida en la oscuridad. Lo rutinario. Las escenas cotidianas, la levadura que se echa en el pan, barriendo la casa para encontrar la moneda perdida. En este contexto dice María: Soy de mi Señor. Estoy lista. Que suceda en mí lo que has dicho.

Sobre la contemplación de un niño

Sobre la contemplación de un niño. Acercarse sin necesidad de decir nada, con sencillez y humildad, sin tener que aparentar nada. Indefenso nos desarma. Es mucho más lo que crea en nosotros sin hacer nada, que lo que logramos nosotros, queriendo hacerlo todo. Gracias, Dios mío, gracias, porque quisiste mostrarme tu rostro, el rostro de un niño.

El Dios de lo pequeño

El Dios de lo pequeño. La vida oculta de Jesús. Treinta años de su vida en la oscuridad. Lo cotidiano. Lo rutinario. Las parábolas de Jesús toman escenas cotidianas: la levadura que se echa en el pan, barriendo la casa para encontrar la moneda perdida. Soy de mi Señor, dice María. Estoy lista. Que suceda en mí lo que has dicho.

El Señor se acerca a nosotros, abrazando a su criatura

El Señor se acerca a nosotros, abrazando a su criatura. Mi pecado, Tu perdón, mi respuesta. Un hilo invisible nos une a Dios. El pecado rompe ese hilo y Dios coje su parte y la nuestra haciendo un nudo que acorta el hilo acercándonos a Él. El nudo es la misericordia. Porque donde abundó el corazón petrificado, sobreabundó la gracia del corazón viviente.

Perdón, perdón, Señor

Perdón, perdón, Señor. Individualismo, corazón endurecido, insensibilidad ante el sufrimiento ajeno, omisión, inconsciencia. No saber ni querer saber, no querer estar cerca, ni saber lo que los demás necesitan. Os doy un corazón nuevo y un Espíritu nuevo, dice nuestro Dios. Saco de vuestro pecho un corazón petrificado y os regalo un corazón que vive.