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Oración sobre ruedas

La primera oración que empecé a hacer de forma sistemática fue en un tren que cogía cada mañana para ir a trabajar. El traqueteo del tren, las miradas somnolientas y los avisos de parada se asociaron a las experiencias más hondas de encuentro con mi Señor. Sin velas, ni silencio sepulcral; sin hablar con nadie, casi rozando la mala educación. Hoy continúo rezando sobre ruedas, en un autobús, a veces en el metro. Pequeños momentos cotidianos sin gran intensidad que con el tiempo se van intensificando. Amistad sincera e íntima de coincidencias sobre ruedas.

AI contra la represión en Rusia

 Ocho directores de Amnistía Internacional entregan hoy en Moscú más de 336.000 firmas de 112 países que piden al Presidente ruso, Vladimir Putin,que derogue de manera inmediata las leyes que obstaculizan la libertad de expresión, de asociación y de reunión pacífica en Rusia. Esta entrega de firmas coincide con diferentes acciones públicas que Amnistía Internacional está realizando en ciudades como Berlín, Londres, Madrid, Moscú, París, Oslo y Sidney, entre otras. 
 
Con motivo de la próxima inauguración el 7 de febrero de 2014 de las XXII Olimpiadas de Invierno en la ciudad rusa de Sochi, Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades rusas que aprovechen la oportunidad para trabajar activamente para promover y defender estos derechos.
 

Dios pone todo en mis manos

Contemplando a Jesús pensativo. Sabía que el Padre había puesto todo en sus manos. Mirando su convencimiento de que de Dios provenía y que pronto a Dios volvería. Experimentando que Dios pone todo en mis manos, que también provengo de Él y que mi existencia malamente se explica sin su amor o intervención, a veces silenciosa.

El trabajo del Señor en nosotros

Con el convencimiento de que el Señor, con paciencia y esmero va trabajando poco a poco dentro de uno, aunque a veces ni siquiera nos demos cuenta. En medio de un ritmo un tanto frenético, me paro para mirar y gustar lo que va ocurriendo, para sacar provecho de cada situación y experiencia. El tiempo pasa rápido y creyendo estar en el mismo punto, no es así, porque entretanto el Señor ha ido trabajando dentro de mí a su gusto y antojo, poco a poco, casi sin darme cuenta.

Guardando en el corazón

Contemplando cómo se acerca la hora. La hora de algo importante. Sintiendo de pronto desvelo, intranquilidad, desasosiego. Deseando no dejar pasar las experiencias que acompañan nuestra vida. Pidiendo aprender a guardarlas en el corazón. Empatizando con el desasosiego e intranquilidad de Jesús cuando camino de Jerusalén, manda a sus discípulos preparar la última cena.

Empatizando en la oración del huerto

Santa Teresa de Jesús desarrolló un fuerte sentimiento de empatía hacia los demás y hacia Jesús de Nazaret. Ya desde joven, incluso antes de ser monja, movíase su espíritu por las noches, antes de dormirse, para acompañar a Jesús junto al huerto de los olivos. Pensaba ella para sí, que aunque no fuera quizá la mejor compañía, no podía dejar solo a Jesús desolado, sudando sangre, en momento tan duro y crítico. Plenamente consciente de su humanidad limitada y sintiendo fuerte empatía hacia él.

Última y suma muestra de su amor

Jesús sabía que había llegado la hora de dejar este mundo e ir al Padre. Jesús siempre había amado a los que le pertenecían en este mundo. Entonces les dio una última y suma muestra de su amor. Un amor libre de una prestación anterior, para el que uno no necesita ser bueno o haber hecho algo para ser querido. Por encima de moralismos, rezos u otras cosas mandadas, la relación personal con el amor de Jesús es respuesta a un amor suyo anterior.