Búsqueda avanzada
  • Tipo de contenido

  • Categorías

  • Autor

  • Limpiar filtros

Lutero y 499 años

 Hace 499 años, un día 31 de Octubre, Martín Lutero conmocionó las tradiciones del cristianismo mundial.

Lo cierto es que la historia que desemboca en este día de reconocimiento y celebración no puede comprenderse sin valorar la valentía, el tesón, el compromiso de muchos hombres y mujeres del pueblo evangélico.

Hermanos y hermanas que animados por la fe, y no obstante la existencia de todo tipo de obstáculos, han liderado la vivencia y expresión de la pluralidad. Y han perfilado así también, una parte importante del ser y el actuar de nuestra sociedad. Fue el anhelo de establecer un cristianismo donde todos tuvieran cabida en el respeto, la tolerancia y la aceptación mutua.

I. LA ORACIÓN NO ES UNA TÉCNICA, SINO UNA GRACIA

 
LA ORACIÓN NO ES UN «YOGA» CRISTIANO
Para perseverar en la vida de oración, es necesario evitar extraviarse partiendo de
pistas falsas. Es indispensable, pues, comprender lo que es específico de la oración
cristiana y la distingue de otras actividades espirituales. Y es tanto más necesario,
cuanto que el materialismo de nuestra cultura provoca como reacción una sed de
absoluto, de mística, de comunicación con lo Invisible que es buena, pero que suele
derivar hacia experiencias decepcionantes e incluso destructivas.

Fundamento: Inclusión …

 (Continuación) Comprendiendo que el «fundamento» es un todo orgánico, donde no hay jerarquía sino que es una unicidad del SER donde cada fundamento es solo una faceta de expresión, pues yo le respondí claramente a Ignacio de Loyola:

Mi fundamento es diversidad, inclusión, servicio, cruz y oración. 

Y hoy quiero remarcar el termino «orgánico» de mi comprensión de «fundamento».  

Tiempo para Dios

 
INTRODUCCIÓN
En la tradición católica occidental llamamos «oración» a esa forma de plegaria que consiste en ponerse en la presencia de Dios durante un tiempo más o menos largo,
con el deseo de entrar en una íntima comunión de amor con El en medio de la soledad y del silencio. Todos los maestros de vida espiritual consideran que «hacer oración», es decir, practicar regularmente esta forma de plegaria, es el medio privilegiado e indispensable para acceder a una auténtica vida cristiana, para conocer y amar a Dios y para estar en condiciones de responder a la llamada a la santidad que El dirige a cada uno.

A DIOS SE LE BUSCA A TIENTAS

Tomás no lo tenía muy claro. A él le gustaba tener certeza de las cosas y después de haber convivido con Jesús durante mucho tiempo le costaba creer que ante sí tenía al Cristo resucitado.
“Tomás, no seas incrédulo, sino creyente”. Así se dirigió Jesús al apóstol, según nos cuenta el evangelista Juan, el día en el que se presentó resucitado ante todos ellos.
Hace unos años, yo me enzarzaba en discusiones infructuosas para tratar de explicar a amigos no creyentes, que dieron la espalda o que andaban buscando a Dios, los motivos de mi fe. Ellos querían razones, pruebas, datos…y yo solo tenía esperanza, fe humilde y ningún otro argumento más allá de una búsqueda de Dios a través de un camino dibujado por mi propia necesidad de encontrarle. Y a ver cómo les traducía esto a su lenguaje…

Fundamento: Diversidad …

 El día de ayer me encontré siendo «interrogado» por Ignacio de Loyola y debo de reconocer que no es santo de mi devoción.

Hay de todo en la viña del Señor (esta es una de las mayores realidades en esta vida) y también se puede llevar los interrogatorios al diálogo.

Entonces reformulo: El día de ayer me encontré «siendo dialogado» por Ignacio de Loyola.

El tío es majo, porque en realidad somos muy parecidos salvo en las formas. Se puede dialogar con él si respetas su necesidad de ritualismos y formalidades para expresar la simplicidad de la vida del creyente. Una simple diferencia de ópticas y siglos. 

Pues con ese respeto hemos dialogado sobre el fundamento de la vida (así lo llamó él).

«Luchad por entrar por la puerta estrecha»

Día litúrgico: Miércoles XXX del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 13,22-30): En aquel tiempo, Jesús atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». El les dijo: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.