Principio y fundamento

El fundamento de mi vida es aprender a aceptar que saber la voluntad de mi Señor no es fácil, que no acierto a atisbar más que torpes aproximaciones del plan de Dios en mi vida. El fundamento de mi vida es atender y acompañar a personas muy queridas que lo están pasando mal, aunque a veces sólo sea puntualmente. Es agradecer la salud de mi familia y disfrutar de su presencia. Es continuar con mi trabajo, sin claridad en cómo se articula el proyecto de Dios en él. El fundamento de mi vida es descubrir cómo Dios me ha creado prodigiosamente, con un montón de cosas maravillosas y otras que nunca me gustaron. Es aceptar que Dios también se sirve de acontecimientos desafortunados, con gran dolor, preocupación y esfuerzo, para hacernos crecer y mostrarnos quién es y cómo nos quiere. El fundamento de mi vida es reconocer que a veces dudo de cuál es el verdadero sentido de mi vida y gracias a eso sigo buscando. El gran fundamento es saberme querido por Él y no dudar que siempre ha tenido planes de inmensa felicidad para mí y cada persona.


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