Hoy, jueves 8 de septiembre, nuestro hermano Raúl nos invita a vivir la esperanza.
A veces es fácil caer en la desmotivación, en la tentación de darlo todo por perdido y abandonarse al rumbo de los acontecimientos. Es una doble tentación: por un lado, nos resuelve el incómodo reto de creer y mantener la esperanza ante toda adversidad; por otro, el de tener que esforzarnos para el cambio. Nos regodeamos en ver lo negativo y en no tener en cuenta que las buenas nuevas son menos llamativas que las malas noticias.
Hoy tenemos la oportunidad de descubrir que aún hay muchos motivos para mantener la esperanza, una de las virtudes teologales que toda persona guarda siempre en su interior hasta el último momento…
Os animo a (re)descubrirla esta tarde, en esta oración, de la mano de Aquel que nos la regala desde el principio de los tiempos