La personalidad de Jesús

En esta sesión de formación que tuvo lugar el sábado 27 de marzo de 2012 se aborda el tema: ¿Cómo es Cristo en cuanto hombre? La personalidad de Jesús. Se trata de analizar y compartir los rasgos que le caracterizan como hombre y entender como vivió su libertad, las virtudes, la inteligencia y el conocimento, su autoconciencia, su voluntad, la afectividad y haremos una aproximación a la posible fisonomía de Cristo. La charla fue dirigida por Julio M, licenciado en Teología, Psicología e Historia. Para escuchar la charla en un archivo de audio pulsar aquí.

 

 

 

CRISTOLOGÍA

 

LA PERSONALIDAD DE JESÚS
¿CÓMO ES CRISTO EN CUANTO HOMBRE?
El verbo encarnado pero en un hombre vivo y racional, tiene su acción propia.
Dotado de todas las cualidades necesarias para transmitirnos la salvación “lleno de gracia y verdad”.
En su humanidad está lleno de los dones divinos, es un hombre natural y sobrenaturalmente perfecto
¿CÓMO ES CRISTO EN CUANTO HOMBRE?
La perfección de una criatura depende de su unión con la divinidad.
No asumió con la naturaleza humana aquellos defectos o limitaciones que dificultarían su obra salvífica, como el pecado.
Si asumió las limitaciones humanas y que no son defecto moral, como el dolor o la tentación.
LA SANTIDAD DE CRISTO
¿fue santo siempre Jesús o se fue haciendo santo?
¿qué es la santidad?
Es un atributo propio de Dios: ausencia de pecado y todo lo contrario a la vida divina.
En las criaturas, son santas en cuanto están unidad a dios y participan de la vida divina.
LA SANTIDAD DE CRISTO
Cristo es santo en cuanto Dios y en cuanto hombre en tres sentidos:
1.- Porque su humanidad está unida a Dios.
La humanidad de Cristo ha sido asumida por el Hijo de Dios, tiene la santidad del Verbo
Es un don o gracia a la humanidad de Cristo que ha sido elevada a la mayor unión con la divinidad a que puede ser elevado ser alguno.
LA SANTIDAD DE CRISTO
2.- Por la gracia habitual o santificante.
Es un don sobrenatural que dios otorga a la persona por el que la une a sí y la hace semejante a sí mismo. Le hace partícipe de la naturaleza divina, nos “diviniza”.
Jesús estaba “lleno de gracia” y “crecía en gracia” Lc 2, 52
La humanidad de Jesús no es santa por sí misma, lo es por participación de la gracia.
LA SANTIDAD DE CRISTO
3.- Jesús posee la gracia en plenitud:
“lleno de gracia y de verdad” Jn 1,16.
Es propia y exclusiva de Cristo para que fuera el principio de la salvación del género humano.
“de su plenitud todos hemos recibido gracia por gracia” Jn 1,16.
Todas las gracias las recibimos de Él, y por eso Él las posee todas y en grado más alto.
LA SANTIDAD DE CRISTO
¿Qué virtudes, dones o carismas tuvo Jesús?:
Todas las necesarias para su misión como salvador.
A/ virtudes sobrenaturales:
Humildad, obediencia a Dios, misericordia, pureza, paciencia, etc. Y sobre todo el amor a Dios y a la humanidad.
LA SANTIDAD DE CRISTO
Jesús no tuvo aquellas virtudes que suponen en sí mismas alguna carencia o imperfección: no tuvo la fe (pues ya poseía la visión de Dios), ni la esperanza pues ya tenía la unión con Dios), ni la penitencia (pues no tuvo pecado).
B/ los dones del Espíritu Santo: “lleno del E. Santo” para actuar totalmente según el querer de Dios.
LA SANTIDAD DE CRISTO
C/ Los carismas:
Posee en plenitud los carismas del espíritu Santo para desempeñar su misión salvífica y para la edificación de los demás (profeta, predicador, doctor, pastor, etc).
¿Estuvo Jesús libre de pecado?
Jesús vivió libremente la unión con su Padre por el amor, identificando su voluntad con la del Padre. “Yo siempre hago lo que agrada a mi Padre” Jn 8,29
LA SANTIDAD DE CRISTO
Jesús está libre de todo pecado: es “semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” Heb 4,15.
Era “impecable”, Si Cristo pudiera pecar, sería Dios quien pecaría, y se tendría que negar a sí mismo.
Además gozaba de la visión intuitiva de Dios, que supone la imposibilidad de rechazar el Bien infinito
EL CONOCIMIENTO HUMANO
¿Jesús lo sabía todo o va creciendo en conocimiento a través de la experiencia y relación con los demás?
Cristo tiene un alma racional y una inteligencia humana, por tanto, conoce por sí mismo.
El C.V.II dice. “trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre” GS 22.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
1.- El conocimiento experimental o ciencia adquirida.
Jesús “crecía en sabiduría, edad y gracia” Lc 2,52. Adquiría conocimientos de forma semejante a los demás hombres. Con sus experiencias y aplicando la mente, contando con los conocimientos de los demás.
Es un conocimiento limitado por las condiciones históricas, pero destaca su claridad y su inteligencia para mirar en profundidad la realidad.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
2.- la visión beatífica:
Es el conocimiento íntimo e inmediato de Dios, reservado a los bienaventurados del cielo; lo verán “cara a cara” 1 Cor 13,12.
Él ve a Dios a quien nadie puede ver. “Nadie ha visto al Padre, sino aquel que procede de Dios, ese ha visto al Padre” Jn 6,46. Jesús se presenta como testigo de lo que ve en Dios.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
La existencia de esta ciencia en Cristo se funda en la unión de la naturaleza humana al verbo. Esta unión hace que el intelecto humano de cristo goce de un pleno e inmediato conocimiento del Verbo.
Esta visión hace que entienda y conozca su verdadera misión en la tierra como salvador de todos.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
3.- la ciencia infusa o profética: es un conocimiento que no se adquiere por el trabajo de la razón, sino que proviene directamente de Dios por la comunicación de algunas ideas a la mente humana.
En el N.T. se nos dice que conocía los pensamientos secretos del corazón de los hombres, o los sucesos futuros contingentes que predice, como las negaciones o su muerte y resurrección.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
¿Cómo compaginar esos diversos tipos de conocimiento en Cristo?
Jesús aprendía y gozaba de la visión de Dios. Un conocimiento no impedía el otro. Son dos conocimientos situados a niveles distintos y de características diversas. Su relación es parte del misterio de la unión en Cristo de las dos naturalezas humana y divina.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
¿Tuvo Jesús errores o ignorancia?
La existencia de error en cuestiones sobre su misión implicaría que no es Dios, que no es la Verdad. Iría en contra de su misión de Maestro de todos los hombres. 
Algunos textos parecen afirmar la ignorancia en algunas cosas: ignora el día y la hora del juicio Mt 24,36. sin embargo, parece que Jesús no tenía intención de revelarlo Hc 1,7.
EL CONOCIMIENTO HUMANO
La iglesia afirma no haber ignorancia en el alma de Cristo en asuntos de fe. Y ha rechazado la opinión de algunos que postulan la ignorancia en Cristo como un factor positivo y necesario de su verdadera humanidad.
Jesús no es un simple hombre como nosotros, sino Dios hecho hombre.
LA AUTOCONCIENCIA DE CRISTO
¿Se sabía Jesús como Hijo de Dios y Mesías? ¿qué conciencia tenía Jesús de sí mismo? ¿tuvo dudas Jesús sobre quién era realmente Él y sobre su misión?
Jesús en su conciencia humana tenía un claro y verdadero conocimiento de sí, sabía quién era: el Hijo de Dios que ha venido a este mundo y se ha hecho hombre para salvarnos. Es un conocimiento por su visión beatífica.
LA AUTOCONCIENCIA DE CRISTO
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Lc 2,49.
La expresión “Yo” en Jesús expresa una unidad psicológica y ontológica; nunca se muestra ni se siente como un hombre distinto del Hijo de Dios: “glorificame a tu lado (en mi humanidad) con la gloria que yo tenía junto a ti (como hijo eterno del Padre)” Jn 17,5.
LA AUTOCONCIENCIA DE CRISTO
La expresión “Yo soy”, el nombre de Dios utilizada por Jesús para referirse a Él mismo.
Esta afirmación es la causa de su muerte en el juicio religioso: “eres tu el Mesías, el Hijo de Dios” “Yo soy”, Yahvé.
Predice que en la resurrección se manifestará quién es realmente, es Dios. “Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que Yo Soy” Jn 8,28
LA VOLUNTAD HUMANA DE CRISTO
¿Fue Jesús un hombre libre o un elemento inerte y pasivo en las manos de Dios?
La voluntad libre pertenece a la integridad y perfección de la naturaleza humana. Jesús tiene una voluntad racional humana, facultad que inclina hacia el bien conocido por la inteligencia.
Jesús se mueve por su propia voluntad humana a seguir el querer divino.
LA VOLUNTAD HUMANA DE CRISTO
“Doy mi vida….Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente” Jn 10, 17. Jesús obedeció a su Padre pero sin libertad no es posible obedecer.
Que fuera libre no significa que pudiera pecar. La libertad no consiste en poder elegir el bien o el mal. La libertad consiste en el modo que tiene la voluntad de querer el bien: en querer el bien por sí misma y no arrastrada por ningún otro factor interno o externo.
LA VOLUNTAD HUMANA DE CRISTO
La voluntad humana de Jesús no es otra que cumplir el querer divino: “He venido no para hacer mi voluntad sino la voluntad de Aquel que me ha enviado” Jn 6,38.
Getsemaní: “No se cumpla mi voluntad, sino la tuya” Mt 26,39. la voluntad como inclinación natural y sensible se inclina a la voluntad como elección libre y racional.
LAS ACCIONES HUMANAS DE JESÚS
¿Cómo fueron las acciones propias de Cristo como hombre?
Tiene poder para realizar todas las acciones humanas naturales para conocer, querer, hablar, caminar, etc.
Pero como todo hombre en estado de gracia, tiene poder para realizar obras sobrenaturales, es un poder participado por el Espíritu Santo: amar a Dios y al prójimo, orar, obedecer, revelar al Padre y enseñarnos las palabras de Dios.
LAS ACCIONES HUMANAS DE JESÚS
La humanidad de Cristo tiene la capacidad, como toda criatura, de que Dios se sirva de ella como instrumento para llevar a cabo obras por encima del poder de su naturaleza.
En el orden físico, la divinidad se sirvió de algunos gestos y palabras humanas de Jesús para producir milagros, que son acciones admirables que superan la capacidad de la naturaleza humana y facilitan la fe de los testigos.
LAS ACCIONES HUMANAS DE JESÚS
En el orden espiritual, la divinidad se sirvió de su querer humano y de sus palabras para perdonar pecados, comunicar la vida eterna y para comunicar la gracia a todos los hombres.
En estas acciones la causa eficiente es Dios y la humanidad de Cristo es la causa instrumental. Lo mismo que ocurre en los sacramentos y con la misión de la Iglesia.
LA AFECTIVIDAD HUMANA DE CRISTO
¿Qué sentimientos o pasiones tuvo Jesús? 
Jesús tuvo aquellos sentimientos y pasiones propios de la naturaleza humana pero compatibles con su plenitud de gracia y que servían para nuestra salvación.
Tuvo alegría de las obras de su Padre y de saberse amado del Padre, así como deseos ardientes de nuestra salvación.
LA AFECTIVIDAD HUMANA DE CRISTO
En Cristo hubo tristeza al contemplar los sufrimientos de su Pasión y el pecado de los suyos; tuvo dolor hasta llorar por la muerte de Lázaro o por la ruina de su pueblo; o tuvo ira ante la hipocresía de algunos.
La razón controlaba su afectividad; dejaba que cada tendencia sensible reaccionara con su propio movimiento hacia el bien y del modo más conveniente.
LA AFECTIVIDAD HUMANA DE CRISTO
Esos sentimientos jamás previnieron el juicio de la razón, ni se dirigieron a lo que no fuera conveniente sino que estaba ordenados al bien, ni le impidieron la serenidad de sus juicios, ni le arrastraron en su actuación.
En Jesús no falto el sentimiento principal: el amor, y que es sobrenaturalizado por la caridad. Es el motor de su vida.
LA AFECTIVIDAD HUMANA DE CRISTO
El amor a su Padre resuena en todas sus palabras y resplandece en todos sus actos: “Hago siempre lo que le agrada” Jn 8,29.
El amor por nosotros: el evangelio nos dice que quiso a los suyos, a los que trató como amigos; “amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro” Jn 11,5. mostró su afecto y compasión hacia muchos. Esta afectividad era patente y notoria para todos.
LA AFECTIVIDAD HUMANA DE CRISTO
Este amor no sólo se extendía a los más próximos, sino que abrazaba a todos y cada uno. Es un amor hasta el extremo “nadie tiene mayor amor que el dar uno la vida por sus amigos” Jn 15,13.
“El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mi” Gal 2,20.
LA FISONOMÍA DE JESÚS
¿Cómo fue el rostro y el aspecto físico de Jesús?
Los Evangelios no nos han transmitido ninguna descripción directa sobre su estatura, sobre sus rasgos físicos, sobre el color de sus ojos o del cabello, etc.
Las imágenes a lo largo de la historia son muy diversas y proceden de la imaginación de los cristianos.
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
LA FISONOMÍA DE JESÚS
De modo indirecto, los evangelios sugieren algunos datos que nos sirven para hacernos idea, aunque vaga y general, del aspecto físico del Señor.
Debió tener presencia agradable y atrayente, como para que muchos acudieran a Él con facilidad o para que le llamaran “maestro bueno” o le llevaran niños para que les impusiera las manos, etc.
LA FISONOMÍA DE JESÚS
Debía tener un porte y unos modales dignos que inspiraran el respeto y el afecto de personas de toda condición.
Tenía en su interior y traslucía en su rostro una profunda paz y alegría de las que deseaba participasen los suyos. Le vemos sereno, dueño de sus palabras y actos. Habitualmente en su rostro asomaba una sonrisa sincera.
LA FISONOMÍA DE JESÚS
Le vemos manifiestamente feliz con el bien espiritual de las personas y compara su vida con unas bodas en las que nadie puede estar triste  Mt 9,15.
La mirada era ordinariamente alegre, cariñosa y profunda, de modo que llegaba al fondo de las personas. Se muestra afectuoso con el joven rico, compasivo con la viuda de Naín, o con pena hacia Pedro en las negaciones.
LA FISONOMÍA DE JESÚS
Sin embargo, el atractivo de Jesús provenía sobre todo de su interior; de su bondad, de sus palabras y acciones, de su coherencia de vida.
Quizás no nos ha quedado ningún retrato de Jesús para que no fuéramos atraídos a Él por motivos meramente humanos y le buscáramos con fe como nuestro Salvador y Dios
LA FISONOMÍA DE JESÚS
Sólo en el cielo le veremos cara a cara y conoceremos la amable figura de Jesús.
Nuestra tarea ahora es ir descubriendo en fe cómo era y es, mediante la lectura meditada de los evangelios y del trato personal e inmediato de cada uno con Jesús en la oración y en la experiencia de fe compartida con la comunidad de creyentes.
MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA ATENCIÓN
 

 


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