El gran motor de la vida cristiana es el agradecimiento por tantísimo don recibido. No agradecer es perderse lo mejor. No agradecer nos hace ir exigiendo todo a todos.
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.
Más información