¿Dónde está tu tesoro?
Por Ignacio Blanco
Evangelio según San Lucas 12,32-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque el Padre de ustedes ha tenido a bien darles el Reino. Vendan sus bienes y den limosna; consíganse bolsas que no se desgasten, y acumulen un tesoro inagotable en el Cielo, donde no se acercan los ladrones ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón. Tengan ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Ustedes estén como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre despiertos; les aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos. Comprendan que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría asaltar su casa. Lo mismo ustedes, estén preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre».

¡Feliz día de San Ignacio! Felicidades a Iñakis, Íñigos, Nachos e Ignacios. Entre Azpeitia y Azkoitia, Santuario de Loyola, damos gracias por el paso de este buen hombre por el mundo, por su conexión y cariño a Su Divina Majestad, porque aprendió a ejercitarse espiritualmente, a acompañar a otros y a discernir entre el buen y mal espíritu, dejándose acompañar y educando su voluntad tanto cuanto más le acercaba a Su Divina Bondad. Gracias por La Compañía de Jesús, por hacerse medio eficaz para trasladarnos ese encuentro con Dios a la manera de Ignacio. En este día pedimos por ella para que siga siendo siempre fiel al mensaje de Dios, aprenda a entender y cuidar a sus propios miembros jesuitas y se sepa poner en las fronteras del mundo y la sociedad. Que nuestro Señor le siga concediendo su amor y gracia, que esta le basta.
