¿Hay auto-consciencias fuera de tu cráneo?
¡ S i i i í !
Conversación con Simplicio, nocreyente militante. Sentados en el parque haciendo manitas cuando pasa un camión de bomberos con sirena.
―¿Tú sabes lo que es la emergencia?
― Sí, es eso mismo, urgencias la sirena…
― No hombre… Emergencia es cuando se alcanza una masa crítica de algo y una cosa emerge, se levanta, aparece como que nueva. La explosión del Cámbrico.
―Ya. Y esto sucede solito.
―Mira paco Sagredo, es justo al revés. ¿Cuándo te vas a apear de ese amigo imaginario tuyo consolador? Qué absurdez… El refinado amorcito navideño y las melifluas sublimaciones de tus santos, lo de amar a vuestros enemigos… Todo eso es una emergencia evolutiva. Primer paso, la evolución necesita, por lógica sostenible, que el adeéne se recombine y el mejor compromiso entre variedad y continuidad es recombinarlo entre dos. Ahí la evolución inventó el sexo entre dos. Mira qué bien te lo cuenta Carl Sagan en Cosmos. Después vino Homo sapiens y su construcciones sociales. La colaboración mutua se hace evolutivamente sostenible. De la necesidad del sexo procreativo y de la conveniencia de la colaboración social emergen despueś todos esos buenistas que tí te gustan tanto, gandi, jesús, el profeta y demás brindis al sol buenistas.
―No estoy de acuerdo, Simplicio. Usando tu lenguaje… Sí es buena adaptación lo de llevarse bien y lo de esas melifluas santas panolis que tú juzgas, pero pasó al reves. Por cierto llevas la camiseta al revés. Tienes las costuras y las etiquetas por fuera.
―¿Eh? […] La tengo bien puesta. Está bien… ¡Eres tú! ¡Mira, eres tú quien lleva las costuras y la etiqueta por fuera! Mírate la nuca, la tira de tu etiqueta.
―No: es al revés: eres tú quien piensa al revés. Esta mañana te has puesto el cerebro al revés, con el pelo por dentro y los sesos por fuera.
Primero hubo ese Amor que tú dices quintaesenciado y sublimado, freudianamente svblimado ―toooooma adjetivo―. Y luego hubo debate
―¿Cómo va a ser la Creación?
―Tres dimensiones locales y una temporal.
―¿Tres? ¿No serán pocas?
―No, acuérdate de la última vez, qué lio. Pon tres espaciales y una temporal.
―¿La temporal va y viene?
―No. Unidireccional. Flecha del tiempo.
―Oquéi. ¿Fuerzas y eso…?
―Pon cinco, de momento.
―¿Reglas variables?
―Depende.
―¿Más cosas?
―Materias y energías. De la primera, pónme ciento y pico elementos. De la segunda, me la pones ondular.
―¿Seguro? ¿Ondular o corpuscular? Es que corpuscular a lo mejor es mejor…
―Bueno venga, mitad y mitad.
Y se forman Tierra y Luna, la primera célula. Llega el trilobites, los trilobites buscan sexo, después llega Homo sapiens y lo que tú has dicho, que estoy de acuerdo, luego emergen Martha Bernays y su esposo Sigismundo Freud en su dormitorio vienés.
¡Dos mil millones de años!
2.000.000.000. ¡El sexo tiene dos mil millones de años! De algunos veintañeros por Chueca me parece viéndolos que lo acabaran de inventar ellos.
―¡Pero si además tú eres m***** ja jaj ! A tí esto de la recombinación creativa, procrear, lo del gen egoísta ni te va ni te viene!
―Oye, esa palabra sólo la puedo decir yo.
―Ay, sí, perdónamelo, con cariño te lo digo. Venga, gay.
―Resumiendo. ¿Hay autoconsciencias fuera de nuestros cráneos?
―Digo no.
―Tu ángel tiene mucho tiempo libre porque no le dialogas. Si te parece que fuera no hay Consciencia prepárate a perder la tuya de dentro.
Vemos pasar de vuelta a los bomberos sin rotativos emergentes.