Deja que tu león descanse junto a tu cordero

Hay adentro de ti un cordero y un león. La madurez espiritual es la capacidad para dejar que el cordero y el león descansen juntos. Tu león es tu parte adulta y agresiva. Es la parte que toma la iniciativa y que toma decisiones. Pero hay también un cordero temeroso y vulnerable, la parte de ti que necesita afecto, apoyo, confirmación y alimento.

Protege tu inocencia

Ser un hijo de Dios no te deja libre de tentaciones. Puedes tener momentos en los que te sientas tan bendito, tan en Dios, tan amado, que te olvidas de que aun vives en un mundo de poderes y principados.

Pero tu inocencia como hijo de Dios necesita que se te den las potestades. Si no, se te arrancara de tu verdadera identidad y experimentaras la fuerza devastadora de la oscuridad que te rodea.

Sabete verdaderamente amado

Algunos han tenido vidas tan oprimidas que sus verdaderas identidades se les han vuelto totalmente inalcanzables. Necesitan ayuda para quebrar esa opresión. Su poder para liberarse debe ser al menos tan fuerte como el poder que los reprime. A veces, necesitan autorización para explotar: dejar salir sus emociones mas profundas y liberarse de las fuerzas exteriores. Gritar, dar alaridos, llorar, y hasta la lucha física pueden ser expresiones de liberación.

Tú, sin embargo, no pareces necesitar de una explosión tal. Para ti, el problema no es sacar algo de tu sistema, sino incorporar algo que profundice y fortalezca tu sentido de la bondad, y que permita que tu angustia sea abrazada por el amor.

Se dueño de tu dolor

Te preguntas si es bueno compartir tus esfuerzos con los demás, especialmente con quienes estas llamado a atender. Se te hace difícil no mencionar tus propios dolores y penas ante aquellos a quienes estas tratando de ayudar. Sientes que lo que pertenece al corazón de tu humanidad no tendría que ocultarse; quieres ser un compañero de viaje y no un guía distante.

Acepta tu identidad como hijo de Dios

Tu verdadera identidad es ser hijo de Dios. Esta es la identidad que debes aceptar. Una vez que la has sostenido y te has instalado en ella, puedes vivir en un mundo que te da tantas alegrías como dolores. Puedes recibir los elogios y también la culpa que te llega como una oportunidad de fortalecer tu identidad básica, porque la identidad que te libera esta anclada más allá de todo elogio y culpa humana. Perteneces a Dios, y como hijo de Dios se te ha enviado al mundo.

Necesitas guía espiritual. Necesitas personas que puedan mantenerte anclado en tu verdadera identidad. La tentación de desconectarte de ese punto profundo de tu interior en el cual Dios reside, y de dejarte ahogar en los elogios o en la culpa del mundo, siempre se conserva.

Claves para vivir la vida con plenitud

Me mandó mi madre esta recopilación que ha hecho ella misma durante imagino bastante tiempo. Algunas me resuenan mucho por lo que la conozco. A vosotros os resonarán quizá otras.

CLAVES PARA PODER VIVIR CON PLENITUD

Piensa en lo afortunada que eres

Vive en positivo

No te compares

Elogia a alguien cada día

No digas de entrada “no puedo” o “no tengo tiempo”

No critiques

Canta a menudo

Ten más de una actividad

No aburras a la gente con tus achaques

Alegra a tus familiares y amigos

No hables tanto del gobierno

En vez de decir ¡que fastidio! dí: la próxima vez lo haré mejor

No interrumpas cuando te estén hablando

Escucha

Aprende a compartir tus bienes y tus dones

Lucha contra los prejuicios y la discriminación

Ríe a menudo

Respira hondo y siente el aire fresco

Alégrate con el éxito de los demás

Busca lo bueno, no la perfección

Se comprensiva y generosa

Estudia cualquier cosa que te guste y no descuides tus aficiones

Exige que tu presencia sea única en tu comunidad

Tu presencia única en tu comunidad es el modo en que Dios quiere que te presentes ante los demás. Diversas personas tienen formas diferentes de estar presentes. Tú debes conocer y defender tu forma. Por eso es tan importante el discernimiento. Una vez que tienes un conocimiento interior de tu verdadera vocación, tienes un punto de orientación. Eso te ayudara a decidir que hacer y de que liberarte, que decir y sobre que temas callar, cuando salir y cuando quedarte en casa, con quien estar y a quien evitar.

El respeto a nuestros colores verdaderos

Los juicios y pre-juicios nos llevan a la colocación de etiquetas que más que unirnos a los demás, nos separan.

Cada día soy más consciente de esto y veo más de ello alrededor.

¿Vale la pena vivir así?

¿Es el mundo donde nos agrada vivir?

¿No nos cansamos de funcionar así?

Respeto es una característica faltante en nuestra vida cotidiana y de sociabilidad.

Permítete ser plenamente recibido

Entregarte a los demás sin esperar nada a cambio solo es posible cuando has sido plenamente recibido. Cada vez que descubres que esperas algo a cambio de lo que has dado o te desilusionas cuando no se te retribuye nada, vas tomando conciencia de que aun no has sido plenamente recibido. Únicamente cuando te sabes incondicionalmente amado (es decir, plenamente recibido) por Dios, puedes dar en forma gratuita. Dar sin esperar nada a cambio es confiar en que todas tus necesidades serán cubiertas por Aquel que te ama incondicionalmente. Es confiar en que no necesitas proteger tu propia seguridad, sino que puedes entregarte completamente al servicio de los demás.

Deja que lo profundo se comunique con lo profundo

Cuando “amas” a alguien, o “pierdes” a alguien, experimentas un dolor interior. Poco a poco, debes descubrir la naturaleza de este dolor. Cuando tu ser mas profundo se conecta con el ser mas profundo del otro, la ausencia de esa persona puede resultar dolorosa, pero te llevara a una profunda comunión con la persona, pues amarse los unos a los otros es amarse en Dios. Cuando el lugar que Dios ocupa en ti esta íntimamente conectado con el lugar que Dios ocupa en el otro, la ausencia de la otra persona no es destructiva. Al contrario, te desafía a entrar en una comunión mas profunda con Dios, fuente de toda unidad y comunión entre las personas.