Plantando la bandera del resucitado

Quiera mi Señor recibirme junto a ese lugar humilde, hermoso y gracioso; un lugar provisional poco instalado. Trayendo a mi memoria un misionero en la República Centroafricana, en medio de un estado de guerra. Contemplando ese lugar provisional, humilde, hermoso y gracioso en que este misionero plantó la bandera del Resucitado en medio de la pobreza extrema y un estado de excepción y emergencia.

Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización

Diversidade Católica 10 Diciembre de 2013Carta de algunos grupos de católicos Lésbico, Gay, Transgénero y Bisexual (LGTB) del Brasil dirigida a los Obispos en respuesta a la consulta sobre: Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización. «Es la primera vez en la historia, que nosotros sepamos, que a todos los fieles, incluyendo a nosotros católicos LGTB se nos ha invitado a expresarnos como sujetos sobre temas tan importantes para el futuro de nuestra Iglesia. Quienes les escribimos esta carta, lejos de sentirnos con el derecho de hablar en nombre de tantas personas diferentes, sin embargo quedamos honrados por la invitación y deseamos al menos intentar ofrecerles una respuesta digna». Pulsa AQUÍ para firmar esta declaración.

Respaldo de personas no muy conocidas

Contemplándome delante de Dios, de sus santas y santos para desear y conocer lo más deseable a ojos de su divina bondad. Sintiéndome acompañado, apoyado y en comunión con personas acaso no muy conocidas, pero con la certeza de su afecto y empeño por conocer y seguir esa misma voluntad.

Lucidez y humildad

Quiera mi querido Señor conceder a este pobre y humilde siervo suyo lucidez y humildad para alcanzar si no certeza, sí al menos la intuición y confianza necesarias para ir dando pasos hacia delante. Sin necesidad de grandes revelaciones, sí al menos con la ilusión de estrenar un nuevo camino de felicidad con el que desde siempre soñó mi querido Señor.

En lugar humilde, hermoso y gracioso

Contemplando cómo mi Señor pone su bandera, su campamento, en lugar humilde, hermoso y gracioso. No muy instalado; dispuesto a hacer mudanza cuando sea preciso. Mirando cómo escoge a sus colaboradores, las piezas clave para traer el amor al mundo. Mirando cómo me llama a mí. Sin grandes discursos, invitando a la pobreza, a soportar menosprecio y a la humildad.

¡Feliz Adviento!

Profetizando con denuncia y renuncia. Poniendo a Dios primero y después a las instituciones. Intentando hacer cosas ordinarias con amor extraordinario. Porque Dios no busca a los capaces, sino que capacita a los que buscan. Saliendo de nosotros, de lugares cómodos para ir a otros distintos, donde a pesar de poder estar más incómodos, en realidad nos encontraremos mucho mejor. No queriendo hacer memoria de lo que sucedió, sino deseando vivamente celebrar lo que estar por venir. ¡Feliz Adviento!

Replicando el perdón de Cristo

Para los creyentes, el perdón verdadero, el más hondo y puro se realizó una vez en la historia: cuando Jesús con sus brazos extendidos en la cruz nos acoge diciendo: «perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen». Y tras ese instante sobrenatural, nos encomendó una tarea: la de intentar replicarlo con su ayuda hasta el confin de los tiempos.

El perdón: respuesta del que se siente querido

El perdón, consciente, incondicional y gratuito sólo puede darse cuando uno ha sido, y se siente, infinitamente querido, perdonado. Y tan agradecido por ello que uno no puede sino imitar ¡aquello tan grande que le han regalado!

Relaciones no deseadas que implica el perdón

El perdón implica una relación no deseada con el mal que se nos hace, una vinculación con el resquemor, la venganza y otros sentimientos que experimento en mi interior y que conscientemente decido no volcar en los demás, para sufrirlos yo. No se puede perdonar a medias. Es preciso una renuncia, a veces faraónica, a uno mismo, a mis propias heridas.

El perdón: un gran acontecimiento

La causa del perdón no es el tiempo, la comprensión o el poder personal de perdonar. Cuando el perdón ocurre, es un auténtico acontecimiento que se produce en un instante concreto, inspirado, «mágico», que se recuerda con día y hora rozando lo sobrenatural, que viene de fuera y nos sorprende hasta el punto de reconocer que no es nuestro. El perdón es ese instante; quizá desencadenado por un proceso previo, tras el que se inicia otro: la reconciliación.