Un corazón conquistado, no una ideología

Esta es la motivación última de la actuación caritativa: la conmoción del corazón ante tanto amor recibido. «Un corazón conquistado por Cristo» y no necesariamente una ideología concreta. La conciencia y el sentir de que «nos apremia el amor de Cristo» («Dios es amor», Benedicto XVI)

El respeto: un buen entrenamiento

Demos gracias porque en el día a día tenemos que aprender a aguantar, respetar y tolerar a los demás. Es una de las mayores riquezas y mejores entrenamientos que podemos recibir.

Jesús, inteligente y a la vez tierno

Jesús se dejó su vida, predicaba con sus acciones. Auténtico y coherente hasta ser incómodo. Inteligente para dar razones y a la vez tierno, hasta conmoverse en sus más hondas entrañas al entrar en contacto con nosotros.

Dios ahí, siempre

Hace casi 10 años un amigo y yo, ambos en la fundación de CRISMHOM, juntamos a un grupo de chicas lesbianas y una probablemente bisexual aún en el armario, buscando, aclarando, dando algunos tímidos pasos. El propósito era acompañarlas, animarlas a que se conocieran y alegrarnos entre nosotros un poco la vida celebrando la amistad que nos unía. Allí estaba Mxxx Lxxx. Unos meses más tarde conoció a Vxxx y años después se casaron. Presentaron su amor ante la familia de Mxxx Lxxx, a sus compañeros de trabajo y mirando casi diez años hacia atrás hoy surge la pregunta «¿Dónde ha estado Dios?» y la respuesta: «Dios ahí, siempre». Hoy Mxxx Lxxx quiere compartir su camino. No sabe si servirá a alguien o no, pero considera que igual una pequeña lucecita alumbra a alguien. Desde luego es el Señor quien lo hace. Gracias.

Ojos de Dios Airados

Santa Teresa probablemente supo del protestantismo por las circulares de Felipe II para pedir rezos para favorecer las empresas bélicas.
Frente a la visión de la época del infierno, para Teresa no había cosa más dolorosa que «ver los ojos de Dios, del amigo, airados». El infierno para Teresa es la pérdida definitiva de la amistad. Teresa sentía mucha pena de las almas que se condenan y en particular de los protestantes. Porque en la época, vivir fuera de la iglesia, en un estado de excomunión era muy doloroso porque la salvación no era posible fuera de ella. Afortunadamente, Dios no sigue nuestras definiciones, hace lo que quiere.

Santa Teresa y el libro vivo

Santa Teresa de Jesús escucha de su propia convicción: «no tengas pena, yo te voy a traer el libro vivo». El libro es Jesús de Nazaret, una relación. Teresa lo llama amistad, un enamoramiento. Ella tuvo libros y había escrito libros desde pequeña. Con la censura, muchos libros de teólogos estaban prohibidos para evitar la difusión de herejías porque difundir sentimientos religiosos consigue una mayor involucración de la gente (eso lo sabían muy bien los reyes). El Señor Teresa aprendió del libro vivo y por eso ella misma dirá que poco necesitó de libros. Un libro que no se puede olvidar, queda impreso en el corazón. Porque el amor es una experiencia que queda impresa.

Cuestión de seducción

Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; me forzaste y me pudiste. Yo era el hazmerreír todo el día, todos se burlaban de mí. Siempre que hablo tengo que gritar «Violencia» y proclamar «Destrucción». La palabra del Señor se volvió para mí oprobio y desprecio todo el día. Me dije: no me acordaré de él, no hablaré más en su nombre; pero la palabra era en mis entrañas fuego ardiente, encerrado en los huesos; intentaba contenerla y no podía (Jeremías 20, 7-9).

El Señor cuida de mí

La mirada de ternura de Dios en nuestra vida, nos envuelve en su aceptación incondicional: “Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno” (Gn1,31). Volver a esta mirada sobre mi vida, a esa mirada de amor que cuando descubrimos nos llena de alegría y seguridad porque sabemos experiencialmente que: “El Señor cuida de mi” (Sl 39). Esto hace brotar en nosotros la alegría porque como dice el Papa Francisco: tengo, tenemos la seguridad de que Jesús está con nosotros y con el Padre. Él me acompaña en el camino de la vida.

Vana búsqueda de respeto

A veces acumulamos y cultivamos las cosas que hacen que los demás nos aborrezcan, pensando que eso es precisamente lo que nos va a hacer ganar respeto ante ellos. Acumulamos riquezas, méritos y honores para que nos respeten, y eso sólo logra separarnos más y más en lugar de crear puentes de unión. Cuando Jesús se acerca a nosotros, no reprocha. Es buen ejercicio contemplar las veces en las que Jesús se acerca a nosotros y nos trata como al buen samaritano. Vendando nuestras heridas, subiéndonos a su cabalgadura, cuidando de nosotros en una posada.

Sobre la justificación por la fe

La tesis de la justificación por la fe de Lutero de que la salvación se alcanza por la fe sin necesidad de hacer buenas obras surge de una unión y conocimiento muy hondos de Dios en una época donde la salvación se compraba y vendía con bulas. La inspiración de Lutero fue la de percibir el amor gratuito y unilateral de Dios más allá de la respuesta humana. Relativizar el valor de la salvación, poniendo como fin no a esta, sino la experiencia vital de unión, amistad y amor a Dios, de la que fluyen espontaneamente obras de amor compartido, porque se recibió previamente del amor íntimo de Dios, igualmente atisbado a través del amor de los demás. Porque si Dios está con nosotros, quien podrá estar en contra. Y si el fiscal de los elegidos de Dios es Jesús, el que perdona, el que dio su vida por nosotros. ¿Cómo no nos regalará la salvación? (Romanos 8)

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