Alregraos: aprendiendo a no tristar

Somos seres de encuentro. El encuentro con los demás nos hace sentir mejor. ¡Qué suerte tener amigos y grupos! La experiencia de Pascua sucede en un encuentro. Jesús sale a nuestro encuentro al resucitar. Tenemos que preparar ese encuentro. Él viene aunque yo no tenga fuerzas. En medio de la enfermedad viene Jesús y uno lo lleva mejor. Necesito pedir la alegría. Procuremos en nosotros la alegría. ¿Nos regocijamos en pensamientos negativos? Procurarse la alegría lleva trabajo. Es necesario hacer conscientemente el esfuerzo de no retroalimentar lo negativo. No tristarse dirá San Ignacio, es un acto de la voluntad. Psicológicamente es muy sano no alimentar la tristeza. Cristianamente, es un mandato: “¡¡¡Alegraos!!!”. Es una responsabilidad humana no dejar que lo negativo me sobrepase. Visualizar que mi dolor no es ajeno al Señor y Él sale a mi encuentro. ¿Cómo estás aquí presente, Señor mío (porque sé que estás)? Sé que estás, más cerca cuanto peor estamos, muéstrame tu rostro. Mirar también lo positivo.


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