En aquella ocasión se esperaba un gran milagro.
Miles de personas reunidas esperaban. Ella aparece para decir: «Aún hay que esperar y todo se os será dado”.
Hoy el pueblo de deseantes, soldados, siervxs, amigxs, amantes y esposxs seguimos marchando en peregrinación: rezando, esperando, creyendo y amando.
Ya no se espera «ese gran milagro» sino muchos otros incluidos en la PROMESA.
Todos como uno, caminantes en la noche, continuamos con nuestras velas encendidas esperando que la vela se consuma y, simplemente, entrar por la ancha puerta del AMOR de DIOS.