X Premio Arco Iris CRISMHOM 2016

El viernes 24 de junio de 2016 a las 20h en la sede de CRISMHOM (Barbieri 18) tuvo lugar la entrega de la X edición del premio Arco Iris CRISMHOM a James Alison, sacerdote católico, escritor y teólogo abiertamente homosexual que ha contribuido notablemente como teólogo que no hace teología gay sino que la hace como un gay en primera persona». Algunos de sus libros han sido traducidos a numerosos idiomas y han ayudado notablemente a muchas personas LGTB a compatibilizar su fe con su orientación sexual. Gracias, James, por también haber querido dedicar algo de tu tiempo a acompañar a CRISMHOM con tus elocuentes charlas en retiros y convivencias. Muchas gracias, James. Puedes escuchar el registro de AUDIO y la grabación en VÍDEO del discurso de James.

Presentación de James Alison
(a cargo de Iván)

Buenas tardes, para mí es un gusto y un honor estar en esta presentación de James Alison para el Premio Arco Iris Crismhom 2016. Es la primera vez que me toca presentar a un premiado. Se da también la circunstancia de que yo fui quien primero dio a conocer el pensamiento de James en Crismhom, en una sesión de formación en 2011. Por ello, ver ahora que se le reconoce con este premio me produce un placer especial.

James Alison ha tenido mucho significado en mi camino de vida. Los que me conocéis ya me lo habéis escuchado otras veces, pero en esto quiero repetirme. Paradójicamente, la primera referencia que recibí de él fue negativa, de parte de alguien que lo veía poco reivindicativo; a pesar de eso, tiempo después conseguí sus libros y vi lo equivocado que estaba mi primer opinante. Al leer a James, descubrí, en primer lugar, cómo vivir en tanto lgtb cristiano: desde la reclamación de la propia dignidad —sin duda— pero también yendo más allá de la tentación victimista; y en segundo lugar, me hizo redescubrir qué significaba ser cristiano, qué promesa aportaba de unas nuevas relaciones humanas no regidas por el agravio y la victimización.

Por ello, lo que tuvo mal comienzo luego fue muy bien. Comprendí más tarde que esa mala opinión que recibí al principio venía de alguien que o no lo había leído o no estaba preparado para lo que James tenía que decir.

Ahora bien, James Alison es más que una persona importante para mí. James es una figura en sí misma. Su pensamiento tiene relevancia por derechos propios. A veces puede pasar que el trato cotidiano con una persona no nos deja ver quién es. Además, yo sé bien que James no es de los que se echa flores. Pero aquí estoy yo para echárselas y ponerle rojo. Porque lo merece.

Lo diré sin matizaciones: James Alison es ya un nombre propio en la teología actual. Así lo han reconocido autores de indudable peso en el pensamiento de lengua inglesa; es el caso, por ejemplo, de alguien poco “afín” a nuestro premiado, como John Milbank, quien ha dicho de James que es “uno de los defensores más sutiles, y profundamente católico, del reconocimiento teológico de la práctica homosexual”.

James Alison tiene una cualidad que es al mismo tiempo ventaja e inconveniente, a saber: su claridad. Muchos aquí habéis tenido la oportunidad de escucharle o leerle, y habréis comprobado que sus palabras son sencillas. Pero eso también plantea un problema: que su pensamiento parezca más simple de lo que en realidad es.

Porque James Alison es sencillo, pero no simple. Y bajo un lenguaje muy accesible, Alison nos ofrece una presentación del cristianismo como integrador de otros y superador de violencias. En su propuesta, hay una original lectura de la redención desde las categorías del pensamiento de René Girard, el gran filósofo y antropólogo francés. En efecto, Girard muestra cómo los seres humanos buscamos cargar todos los males en un chivo expiatorio; éste sería el otro, el distinto, mientras que nosotros quedaríamos “inocentes” y se cohesionaría nuestro grupo —todo ello al precio de una víctima que según el caso ha sido el homosexual, el enfermo, el extranjero, la mujer de dudosa reputación, el judío, el gitano, etc.—.

En cambio, frente a esta manera de funcionar tan humana —demasiado humana— James Alison afirma que Jesús de Nazaret ha venido, precisamente, para darle la vuelta a este esquema. Con Jesús, nos encontramos a alguien que se pone en el lugar de la víctima, pero que a continuación perdona a quienes la atacan. Con ello, rompe desde dentro el esquema de víctima y victimario: en lugar de una víctima expulsada y el grupo de victimarios cohesionados en su identidad frente al diferente, tenemos a la víctima perdonándolos, acogiéndolos y creando con ellos una nueva comunidad donde la exclusión ha quedado atrás. Eso es lo que hace Jesús de Nazaret, explica Alison, y ser cristiano es quedar convocados a habitar ese nuevo tipo de comunidad y esa nueva forma de relación.

Y precisamente, por ahí va su propuesta a lesbianas, gais, trans y bisexuales cristianos, así como a todo heterosexual que quiera acompañarnos en el camino: propone que los cristianos lgtb busquemos tener nuestro lugar en el Pueblo de Dios, pero nos invita a usar nuestra historia de discriminación no como arma para atacar a otros, sino como plataforma para ofrecer reconciliación y crear comunidad. Nos propone reproducir ese gesto de la víctima que perdona; en la medida de nuestras débiles posibilidades, sin duda, pero también sabiéndonos ayudados por quien puede más que nosotros.

En todo ello, yo encuentro muchas cosas inspiradoras. Es muy sugerente su idea de un activismo cristiano que supere la reivindicación victimista a la vez que mantiene la reclamación de la dignidad. Y también es muy sugerente otro rasgo que quien escuche a James detecta en seguida, a saber, que su pensamiento es inequívocamente cristiano. Por ello, también me atrevo a decir que James Alison nos sirve para ver cuál puede ser otro rasgo de nuestro camino futuro como cristianos lgtb: un futuro en el que nuestra voz tenga un tono propio, pero donde se siga escuchando el eco del Evangelio.

En definitiva, es un premio muy merecido y me siento muy honrado de haber presentado a James. Muchas gracias a quienes pensasteis en mí para esta presentación y muchas gracias a James por su pensamiento, por su obra y por su persona. Espero que esto no sea el final Presentación de James Alison para el premio Arco Iris

Buenas tardes, para mí es un gusto y un honor estar en esta presentación de James Alison para el Premio Arco Iris Crismhom 2016. Es la primera vez que me toca presentar a un premiado. Se da también la circunstancia de que yo fui quien primero dio a conocer el pensamiento de James en Crismhom, en una sesión de formación en 2011. Por ello, ver ahora que se le reconoce con este premio me produce un placer especial.

James Alison ha tenido mucho significado en mi camino de vida. Los que me conocéis ya me lo habéis escuchado otras veces, pero en esto quiero repetirme. Paradójicamente, la primera referencia que recibí de él fue negativa, de parte de alguien que lo veía poco reivindicativo; a pesar de eso, tiempo después conseguí sus libros y vi lo equivocado que estaba mi primer opinante. Al leer a James, descubrí, en primer lugar, cómo vivir en tanto lgtb cristiano: desde la reclamación de la propia dignidad —sin duda— pero también yendo más allá de la tentación victimista; y en segundo lugar, me hizo redescubrir qué significaba ser cristiano, qué promesa aportaba de unas nuevas relaciones humanas no regidas por el agravio y la victimización.

Por ello, lo que tuvo mal comienzo luego fue muy bien. Comprendí más tarde que esa mala opinión que recibí al principio venía de alguien que o no lo había leído o no estaba preparado para lo que James tenía que decir.

Ahora bien, James Alison es más que una persona importante para mí. James es una figura en sí misma. Su pensamiento tiene relevancia por derechos propios. A veces puede pasar que el trato cotidiano con una persona no nos deja ver quién es. Además, yo sé bien que James no es de los que se echa flores. Pero aquí estoy yo para echárselas y ponerle rojo. Porque lo merece.

Lo diré sin matizaciones: James Alison es ya un nombre propio en la teología actual. Así lo han reconocido autores de indudable peso en el pensamiento de lengua inglesa; es el caso, por ejemplo, de alguien poco “afín” a nuestro premiado, como John Milbank, quien ha dicho de James que es “uno de los defensores más sutiles, y profundamente católico, del reconocimiento teológico de la práctica homosexual”.

James Alison tiene una cualidad que es al mismo tiempo ventaja e inconveniente, a saber: su claridad. Muchos aquí habéis tenido la oportunidad de escucharle o leerle, y habréis comprobado que sus palabras son sencillas. Pero eso también plantea un problema: que su pensamiento parezca más simple de lo que en realidad es.

Porque James Alison es sencillo, pero no simple. Y bajo un lenguaje muy accesible, Alison nos ofrece una presentación del cristianismo como integrador de otros y superador de violencias. En su propuesta, hay una original lectura de la redención desde las categorías del pensamiento de René Girard, el gran filósofo y antropólogo francés. En efecto, Girard muestra cómo los seres humanos buscamos cargar todos los males en un chivo expiatorio; éste sería el otro, el distinto, mientras que nosotros quedaríamos “inocentes” y se cohesionaría nuestro grupo —todo ello al precio de una víctima que según el caso ha sido el homosexual, el enfermo, el extranjero, la mujer de dudosa reputación, el judío, el gitano, etc.—.

En cambio, frente a esta manera de funcionar tan humana —demasiado humana— James Alison afirma que Jesús de Nazaret ha venido, precisamente, para darle la vuelta a este esquema. Con Jesús, nos encontramos a alguien que se pone en el lugar de la víctima, pero que a continuación perdona a quienes la atacan. Con ello, rompe desde dentro el esquema de víctima y victimario: en lugar de una víctima expulsada y el grupo de victimarios cohesionados en su identidad frente al diferente, tenemos a la víctima perdonándolos, acogiéndolos y creando con ellos una nueva comunidad donde la exclusión ha quedado atrás. Eso es lo que hace Jesús de Nazaret, explica Alison, y ser cristiano es quedar convocados a habitar ese nuevo tipo de comunidad y esa nueva forma de relación.

Y precisamente, por ahí va su propuesta a lesbianas, gais, trans y bisexuales cristianos, así como a todo heterosexual que quiera acompañarnos en el camino: propone que los cristianos lgtb busquemos tener nuestro lugar en el Pueblo de Dios, pero nos invita a usar nuestra historia de discriminación no como arma para atacar a otros, sino como plataforma para ofrecer reconciliación y crear comunidad. Nos propone reproducir ese gesto de la víctima que perdona; en la medida de nuestras débiles posibilidades, sin duda, pero también sabiéndonos ayudados por quien puede más que nosotros.

En todo ello, yo encuentro muchas cosas inspiradoras. Es muy sugerente su idea de un activismo cristiano que supere la reivindicación victimista a la vez que mantiene la reclamación de la dignidad. Y también es muy sugerente otro rasgo que quien escuche a James detecta en seguida, a saber, que su pensamiento es inequívocamente cristiano. Por ello, también me atrevo a decir que James Alison nos sirve para ver cuál puede ser otro rasgo de nuestro camino futuro como cristianos lgtb: un futuro en el que nuestra voz tenga un tono propio, pero donde se siga escuchando el eco del Evangelio.

En definitiva, es un premio muy merecido y me siento muy honrado de haber presentado a James. Muchas gracias a quienes pensasteis en mí para esta presentación y muchas gracias a James por su pensamiento, por su obra y por su persona. Espero que esto no sea el final de nada, sino un empuje más para que recibas el reconocimiento que mereces. Y en todo caso, espero que en Crismhom podamos seguir disfrutándote. Un abrazo muy fuerte, James.de nada, sino un empuje más para que recibas el reconocimiento que mereces. Y en todo caso, espero que en Crismhom podamos seguir disfrutándote. Un abrazo muy fuerte, James.

Discurso de James Alison

Discurso de Julio, Presidente de CRISMHOM

Querido James Alison, premiado en esta X Edición del premio Arco Iris Crismhom; Queridas y queridos miembros comprometidos de Crismhom y simpatizantes; queridas amigas y amigos todos de nuestras asociación solidarios en la defensa de nuestros derechos y dignidad como personas lgtb cristianas.

Este año nuestro premio reconoce la labor de James como teólogo y pastor que es por normalizar, conciliar y defender nuestra dignidad lgtb cristiana. Aunque como bien dice James, él no hace teología gay; sino que es un gay que hace teología.

Realmente, el lugar de la teología no puede ser la pura especulación racional ni siquiera el esfuerzo humano para interpretar la relación de Dios con nosotros. Por supuesto que es necesario conocer y profundizar en el misterio revelado, desde la preparación intelectual y académica pues de lo contrario se caería en un fideísmo (la fe del carbonero en lenguaje popular) que no daría respuesta al diálogo de nuestra fe con las corrientes de pensamiento que nos rodean.

Pero dicho esto, es necesario afirmar que el lugar de la teología es la experiencia humana de apertura al misterio; apertura a un Dios que es libre y mucho mas inabarcable de lo que nuestras capacidades pueden comprender. Es apertura a la belleza, al mundo de los deseos más plenos que podamos tener; es una apertura al sentido más radical de nuestra vida que es el encuentro inesperado y transformador de un Dios que nos sale al encuentro en la propia vida. Así como los Discípulos de Emaús experimentan a Jesús; en una vida carente de sentido resurge la experiencia de encuentro con Jesús: «No ardían nuestros corazones recordando y escuchando su palabra»; el deseo de Dios, de encuentro íntimo con él a través de su palabra y de la eucaristía les lleva a reencontrar el sentido de su vida y hacerse testigos de este encuentro para otros. El testimonio de fe sólo es posible cuando uno ha encontrado que Dios es el mejor tesoro que puedo compartir para que otros lleguen a la felicidad plena.

Para nosotros, como lgtb cristianos, este trabajo teológico supone una nueva antropología que hable de diversidad y de persona, y no tanto de lo que es natural o nos corresponde por naturaleza; supone una comprensión del misterio de Dios más allá de formulas patriarcales o heterosexistas; supone una concepción de iglesia donde la corresponsabilidad prime sobre tradiciones machistas que no favorecen la igualdad hombre-mujer en las diversas funciones eclesiales; Y todo ello vivido desde un empeño de fidelidad a la verdad revelada en la escritura y la tradición de la Iglesia pero despojada de todo añadido cultural que ha hecho que nuestra realidad lgtb haya sido tratada con desconocimiento y, no en pocas ocasiones, con falta de respeto a nuestra identidad y dignidad como personas.

Este año. la manifestación estatal del orgullo lgtb se centra en la visibilidad de las personas bisexuales. el lema escogido por nuestra asociación es: «El amor entiende de diversidad, entiende de bisexualidad». Todo lo expresado anteriormente podemos referirlo de forma explícita a las personas bisexuales. Una nueva antropología en clave personal y de diversidad: una teología que mire el misterio de Dios por encima de claves sexistas; pues Dios no es hombre ni mujer; somos nosotros su imagen y semejanza; por tanto el hombre y la mujer participan de la identidad de Dios. Dios ama como un Padre y como una Madre, así aparece en diversos textos del A.T. No hay problema al afirmar que el amor bisexual participa de ese amor de Dios que está por encima del género. La persona bisexual cristiana nos puede enseñar la importancia del amor que está por encima de cualquier barrera, incluso del estereotipo social que supone la adscripción a amar a un solo género.

La bisexualidad también nos enseña como comunidad cristiana a ser más diversos y a aceptar la pluralidad; a que nuestras relaciones sean más libres y no determinadas solo por afinidad sexual con un género.

Por todo ello, os invito a todas las personas lgtb+h a hacer nuestra la defensa de la visibilidad bisexual y sentirnos todas bisexuales a la hora de vivir estas actitudes de diversidad; y sobre todo, apoyando con nuestra presencia real en la manifestación del orgullo que tendrá lugar el sábado 2 de julio.

James, recibes el premio en un año especial para nosotros, acabamos de celebrar el X aniversario de nuestra fundación. Nuestro proyecto sigue siendo necesario mientras que tengamos que seguir defendiendo derechos y testimoniando la compatibilidad entre nuestra fe e identidad de género. Gracias a personas como tú, nuestra realidad se va normalizando y poco a poco se va sensibilizando a la sociedad y las iglesias. Sin embargo, mientras sigan ocurriendo hechos como la matanza homófoba de Orlando (Florida), tenemos que seguir con nuestro testimonio. El miedo no nos puede paralizar; nuestros derechos los hemos defendido en la calle y con visibilidad. No podemos ocultarnos y volver para atrás. Quien mata en nombre de Dios sencillamente no conoce a Dios; quien en nombre de Dios es homófobo o lgtbfobo; no respeta nuestra dignidad y derechos; no conoce a Dios; quien siendo representantes de las iglesias o religiones son homófobos con sus palabras, no conocen a Dios. No merecen una respuesta de violencia ni de miedo; solo merecen una respuesta de testimonio visible de fe y amor; en definitiva, la respuestas de los seguidores de Jesús: «Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.  Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.

Muchas gracias


James Alison (nacido en 1959) es teólogo, autor y sacerdote católico. Ha estudiado, vivido y trabajado en México, el Brasil, Bolivia, Chile y los EEUU como también en su nativa Inglaterra. Es doctor en teología por la facultad de los Jesuitas de Belo Horizonte, Brasil. De sus ocho libros, tres existen en castellano: Conocer a Jesús (Secretariado Trinitario, Salamanca 1994); El retorno de Abel (Herder, Barcelona 1999); y  Una fe más allá del resentimiento: fragmentos católicos en clave gay (Herder Barcelona 2003). Algunos de sus escritos más recientes, como también entrevistas y videos, en varios idiomas incluyendo el castellano, se encuentran en

www.jamesalison.co.uk

Después de vivir con La Orden de los Predicadores (Dominicos) entre 1981 y 1995, James ha trabajado como predicador itinerante, conferencista y acompañante de retiros espirituales. Actualmente es un Fellow de Imitatio (www.imitatio.org) la organización establecida por la Thiel Foundation para diseminar el pensamiento de René Girard. James acompaña también a los públicos más variados por medio de conferencias académicas, talleres para estudiantes de grado, de postgrado y profesores, por medio de cursos de catequesis para adultos, retiros para sacerdotes, para grupos parroquiales, y retiros católicos y ecuménicos para gente gay y lesbiana. Su agenda en 2016 incluye cursos, retiros y conferencias en EEUU, Francia, Inglaterra, Canadá, Austria, Colombia y España. Teólogo sistemático de formación, el trabajo más reciente de James es un programa de catequesis para grupos de adultos que fluye de la comprensión del deseo explicitada por René Girard. Este curso www.forgivingvictim.com ya está disponible en versiones vídeo, texto y online en inglés (y como libro en francés). Está en vías de traducirse al castellano. Después de vivir seis años en São Paulo, Brasil, donde acompañó un proyecto pastoral con creyentes LGBT de la ciudad, James se mudó a Madrid en 2015, donde vive ahora con su hijo, Luiz Felipe y el bulldog francés, el pequeño Nicholas.

Sobre las líneas de pensamiento de James Alison
1. Teología «hecha por un gay en primera persona» (pero no «teología gay»).
2. Búsqueda de una presentación general del cristianismo desde la clave de la «víctima que perdona» y la superación de la lógica del chivo expiatorio.
3. Recuperación, desde esas claves, de nociones como redención.
4. Las personas lgtb estamos en situación privilegiada para ser «víctimas que perdonan» o «excluidos que acogen».
Lo que para algunos ha significado entrar en contacto con la obra de James es un cambio en la forma de ver la vocación lgtb-cristiana. Y suscriben lo que se ha dicho sobre sus libros: hacen que a uno «le entren ganas de ser cristiano».

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