2019-02-07: Oración Comunitaria

«¡Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada!». Pero, con confianza en la palabra de Jesús, vuelven a echar las redes. ¡La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia de la faena frustrada!
ACOGIDA Y SALUDO INICIAL
CANTO
En el nombre del Señor nos hemos reunido (bis).
Ved qué gozo que los hermanos se quieran (bis)
Cristo siempre está en medio de nosotros (bis).
 
ORACIÓN: Quiero aceptar tu reto, Señor. Oigo tu invitación, pero no suelto amarras y no acierto a zarpar para ir a alta mar. Yo me quedo en la orilla, porque es pequeña mi barca y son pocas mis fuerzas para cruzar las aguas. ¿No podré ser tu amiga/o si me quedo en la playa? Ven a mi bote, Señor.
 
LA PALABRA DE DIOS. Del Evangelio según Lucas (Lc 5,1-11)
En aquel tiempo, estaba Jesús a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba a su alrededor para oír la palabra de Dios, cuando él vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre.
 
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
 
Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.» Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron. ¡Palabra del Señor!
CANTO: Laudate omnes gentes, laudate Dominum (Taizé)
 
Reflexión sobre el Evangelio.
El evangelio de hoy cuenta cómo Pedro fue llamado por Jesús. Lucas coloca el llamado de los primeros discípulos después de que la fama de Jesús se había extendido por toda la región (Lc 4,14). Jesús había curado a mucha gente (Lc 4,40) y había predicado en las sinagogas de todo el país (Lc 4,44). El pueblo lo buscaba y la multitud lo apretaba por todos los lados para escuchar la Palabra de Dios (Lc 5,1). Lucas hace más comprensible el llamado. Primero, Pedro puede escuchar las palabras de Jesús a la gente. Enseguida, presencia la pesca milagrosa. Después de esta doble experiencia sorprendente, llega el llamado de Jesús. Pedro escucha.
 
Jesús enseña desde el barco. La gente busca a Jesús para oír la Palabra de Dios. Y es tanta la gente a su alrededor que Jesús queda como apretado por todos los lados. Jesús le pide ayuda a Simón Pedro y a algunos compañeros que habían vuelto de la pesca. Entra con ellos en la barca y desde allí responde a lo que el pueblo le pide, comunicándole la Palabra de Dios. Sentado, Jesús toma postura y autoridad de un maestro, pero sin embargo habla desde la barca de un pescador. La novedad consiste en que el Señor no sólo enseña en una sinagoga para un público judío, sino en cualquier lugar donde la gente quiere escucharle, hasta en la playa misma.
 
«¡Por tu palabra echaré las redes!» Terminada la instrucción a la gente, Jesús se dirige a Simón y le anima a pescar de nuevo. En la respuesta de Simón se nota frustración, cansancio y desaliento: «¡Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada!». Pero, con confianza en la palabra de Jesús, vuelven a echar las redes. ¡La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia de la faena frustrada!
 
El resultado es sorprendente. La pesca es tan abundante que las redes casi se rompen y los barcos están a punto de hundirse. Simón necesita la ayuda de Juan y de Santiago, que están en otra barca. Nadie consigue ser complet@ si está sol@. Las personas y las comunidades deben ayudarse entre sí. El conflicto entre las comunidades, tanto en el tiempo de Lucas como hoy, tiene que ser superado en vista de un objetivo común, que es la misión. La experiencia de la fuerza transformadora de la Palabra de Jesús es el eje alrededor del cual las diferencias de ánimo se asumen y superan.
 
«¡Serás pescador de hombres!» Simón, tras su desconfianza, siente la experiencia de la proximidad de Dios en Jesús, que le hace percibir quién es: «¡Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador!» Ante Dios ¡tod@s somos pecadores! Pedro y los compañeros tienen miedo y, al mismo tiempo, se sienten atraídos. Dios es un misterio fascinante: da miedo y, al mismo tiempo, atrae. Jesús aleja el miedo: «¡No tengas miedo!» Llama a Pedro y le compromete en la misión, mandando que sea pescador de hombres. Pedro experimenta, bien concretamente, que la Palabra de Jesús es la Palabra de Dios. Es capaz de hacer acontecer lo que afirma. Aquellos rudos pescadores hicieron la experiencia de poder, cobraron valor y confianza en Jesús. Entonces, «dejándolo todo, ¡le siguieron!». Hasta entonces, sólo Jesús anunciaba la Buena Nueva del Reino. Ahora otras personas van siendo llamadas e implicadas en la misión. Esa manera que Jesús tiene de trabajar en equipo es una Buena Nueva para el pueblo.
 
El episodio de la pesca en el lago manifiesta la atracción y la fuerza de la Palabra de Jesús. Atrae a la gente (Lc 5,1). Impulsa a Pedro a ofrecer su barco a Jesús para que se dirija a la gente (Lc 5,3). La Palabra de Jesús es tan fuerte que vence la resistencia de Pedro, lleva a lanzar de nuevo la red y hace que acontezca la pesca milagrosa (Lc 5,4-6). Vence en Pedro contra su deseo de alejarse de Jesús y lo atrae para que sea «pescador de personas!» (Lc 5,10) ¡Y así la Palabra de Dios actúa hasta nuestros días!
 
ORACIÓN (Santiago Alberione) (Tod@s):
Un pacto, Señor, te propongo; perdona mi enorme osadía. Mis límites yo reconozco: soy débil y mísera/o en todo. Tú eres, en cambio, el camino, tú eres verdad y eres vida, Señor. Mira, Jesús, toda mi pobreza: nada soy ni tengo, y bien lo sabes tú. Mira, Jesús, toda mi ignorancia: nada sé ni puedo, y bien lo sabes tú. Mi vida y mi ser comprometo: Señor, sólo a ti buscaré: tu gloria, tu amor, tu querer, la paz de todas las personas. Tú dame la ciencia y la fuerza, carismas de fe y de entrega total. Gracias, Jesús, muéstrame tu amor como lo mostraste a Pablo, el apóstol. Gracias, Jesús, muéstrame tu amor; siempre acompañada/o iré hacia ti.
PUNTOS DE MEDITACIÓN
Ninguno de nosotr@s ha tenido la experiencia de ser directamente llamado por Dios, como Pedro, Juan, Santiago… desde la cercanía de su presencia. Nosotr@s lo seguimos desde la fe “sin ver al Señor ni oír su voz”. Pero Dios se ha valido de otras “voces” para llamarnos.
 
Medita los momentos en los que sentiste la llamada, de aquellas personas y situaciones que te acompañaron…
 
La invitación que hace el Señor a Simón de echar las redes es la invitación que hoy te hace a ti. Es la invitación a que mires cómo estás viviendo tu vida de fe.
 
-‘Por tu palabra’: Simón pone fe y confianza en Jesús, con un sorprendente resultado. ‘Por tu palabra’.
 
¿Qué cosas estamos dispuest@s a hacer fiad@s de Jesús?
 
-‘¡Apártate de mí, Señor, que soy un pecador!’: la manifestación del poder de Dios en Jesús conduce a Simón a reconocerse pecador. La verdadera experiencia de Dios conduce, no a ver los pecados de l@s demás, sino a reconocerse uno mismo pecador, no merecedor de la atención divina:
 
-‘No temas’: fórmula frecuente en Lucas; palabra típica de Jesús, por la que es reconocible.
 
¿Cuáles son nuestros miedos y temores? ¿Qué efecto tiene en ellos esta palabra de Jesús?
 
-Jesús parte del hecho de que Simón es pescador para lanzarle a una aventura mayor (pescador de personas).
 
Poner a disposición de Dios lo que somos, pero abrirnos a ser más, a crecer en la misión.
 
-‘Dejándolo todo, le siguieron’:
 
¿Qué dejamos, o no, por Jesús? ¿En qué le seguimos con más decisión y en qué con no tanta?
 
CANTO: Nadie te ama como Yo
Cuánto he esperado este momento.
Cuánto he esperado que estuvieras así
Cuánto he esperado que me hablaras.
Cuánto he esperado que vinieras a mí
 
Yo sé bien lo qué has vivido.
Yo sé bien por qué has llorado
Yo sé bien lo que has sufrido.
Pues de tu lado no me he ido.
 
Pues nadie te ama como yo.
Nadie te ama como yo,
Mira la cruz, esa es mi más grande prueba.
Nadie te ama como yo.
 
Pues nadie te ama como yo.
Nadie te ama como yo.
Mira la cruz, fue por ti,
Fue porque te amo.
Nadie te ama como yo.
 
Yo sé bien lo que me dices.
Aunque a veces no me hablas.
Sé bien lo que en ti sientes.
Aunque nunca lo compartas
 
Yo a tu lado he caminado.
Junto a ti yo siempre he ido.
Y aún veces te he cargado.
Yo he sido tu mejor amigo
 
Pues nadie te ama como yo…
 
ECOS, PETICIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS
 
PADRE NUESTRO (Simon & Garfunkel)
Padre nuestro tú que estás
en los que aman la Verdad.
Haz que el Reino que por ti se dio
llegue pronto a nuestro corazón.
Y el amor que tu Hijo nos dejó, ese amor,
esté ya con nosotros.
 
Rezamos el Padrenuestro…
 
Y en el pan de la unidad
Cristo danos tú la paz.
Y olvídate de nuestro mal
si olvidamos el de los demás.
No permitas que caigamos en tentación, oh Señor.
Y ten piedad del mundo.
ORACIÓN COMUNITARIA: Señor Jesucristo: imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTBI, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano.
 
También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTBI de Madrid. Amén.
 
BENDICIÓN: El Señor nos bendiga y nos guarde, nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros, vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanas y hermanos. Amén.

 

 


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