2017-11-05 «El discípulo es el que tiene modelo a Jesucristo: su enseñanza, su estilo de vida y su camino hacia la cruz.»

El Evangelio de San Mateo es conocido como el evangelio de la iglesia porque recoge los problemas las necesidades y la vida de la comunidad cristiana. También es el Evangelio  que nos indica cómo ser discípulos. El discípulo es el que tiene modelo a Jesucristo: su enseñanza, su estilo de vida y su camino hacia la cruz. Los fariseos representan el antimodelo de ser discípulo: vivir de la apariencia, buscar la admiración y los primeros puestos o  pretender que nadie me quite mi sitio, mi silla o mi puesto.
Desgraciadamente el fariseísmo es una enfermedad del espíritu que afecta tanto a las personas como a las instituciones. Frente a ello, Jesús nos propone llevar la Palabra de Dios en el corazón sin presumir de llevar la etiqueta de buen cristiano; en  la comunidad no hemos de buscar solo relacionarlos y acoger a los más simpáticos, atractivos e influyentes  sino sentarnos y dedicar tiempo a los más tímidos, con peor apariencia y que están más solos. La comunidad cristiana de Crishmom debe visibilizar la fraternidad y la opción por los más pobres del colectivo LGTB.
(Padre Ramón Llorente Garcia)

 
Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):



En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»



Palabra del Señor

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