Sin ruido de palabras

¿Qué tienes reservado para tu servidor? Te doy gracias de todo corazón por tu amor y verdad. Me inclino para recibir tu bendición, como un padre bendice a su hijo o un amigo a otro para darle fuerza e ilusión por el afecto que les une. La fuerza que nace del cariño, de una conexión aunque sea en la distancia. Una unión que da respuesta a nuestra llamada, que se hace presente y acompaña «sin ruido de palabras».

Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo y daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad.

Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma.

Que los reyes de la tierra te bendigan al oír las palabras de tu boca, y canten los designios del Señor, porque la gloria del Señor es grande.

Salmo 138(137),1-2a.2bc-3.4-5.

De tout mon cœur, Seigneur, je te rends grâce : tu as entendu les paroles de ma bouche.

Je te chante en présence des anges, vers ton temple sacré, je me prosterne.

Je rends grâce à ton nom pour ton amour et ta vérité, car tu élèves, au-dessus de tout, ton nom et ta parole.

Le jour où tu répondis à mon appel, tu fis grandir en mon âme la force.

Tous les rois de la terre te rendent grâce quand ils entendent les paroles de ta bouche.

Ils chantent les chemins du Seigneur : « Qu’elle est grande, la gloire du Seigneur ! »


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