Sin quedarse en el fracaso

Reconocer que el dolor y el fracaso en nuestra vida existen, nos muestra un camino que atraviesa el sufrimiento para encontrar el valor que tiene. La lectura del mundo sobre el fracaso no coincide con la lectura de Dios. La experiencia de las estériles en la biblia era vista como una maldición, la continua sospecha de haber hecho algo mal (como ahora perder un trabajo, o ser maltratada, o que te abandone tu pareja). Dios, sin embargo no lo vio así. Reconocer el fracaso no nos puede llevar a quedarnos atascados en él. Saúl decayó por la envidia tan grande a David. Sin embargo, David, nunca permitió que se hablara mal de él, porque vio su vida en completitud, poniendo en contexto el daño que le hizo frente a otro mucho bien.


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