“Sea hecha tu voluntad; y como es hecha en el cielo, así se haga en la tierra” (Mateo 6, 10). Cuando yo pienso en esto, gusto de los que dicen no es bien pedir trabajos al Señor, que es poca humildad. Y he topado con algunos tan pusilánimes (sin ánimo de hacer cosas importantes), que aún sin este amparo de humildad no tienen corazón para pedírselos, que piensan luego se los ha de dar. No hablo en los que lo dejan por humildad, pareciéndoles no serán para sufrirlos; aunque tengo para mí que quien da amor para pedir este medio tan áspero para mostrarle, le dará para sufrirlos. Querría preguntar a los que por temor no los piden de que luego se los han de dar, lo que dicen cuando suplican al Señor cumpla su voluntad en ellos, o es que lo dicen por decir lo que todos, más no para hacerlo (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 32, 3).