Concédeme paz y alegría para que se vayan consolidando en mí deseos, sentimientos y pensamientos serenos. Serán de mucha ayuda para tomar decisiones acertadas y firmes. En mitad de tumultos y tormentas no conviene tomar decisiones importantes. Por eso, concédenos paz, descanso y sueño, conciencia de hacer y haber hecho lo posible, lo razonable: el preludio de decisiones acertadas.