Apiádate, Señor, de este pobre y humilde siervo tuyo. Ten compasión de él. Sólo intenta seguir tus pasos, sin lograr y acertar a ser feliz. Tu siervo está en crisis, tiene malos momentos. Otros son, en cambio, buenos. Siempre se dijo que las crisis sirven para dar un paso hacia adelante, que tras la pasión viene la resurrección. Sea hoy pasión, preludio de tiempos mejores. Sea el dolor aceptado y al menos, acompañado. Ten, por tanto, compasión de este pobre y humilde siervo tuyo.