Nuevo gesto mediático del papa Francisco, que invita y recibe a un católico transexual español

Nuevo golpe mediático del papa, que ha recibido en su residencia vaticana de Santa Marta a Diego Neria, un hombre transexual de 48 años, natural de Plasencia y católico practicante. Neria, que durante años ha sentido el rechazo de la Iglesia de la que se siente partícipe, consiguió hacerle llegar una carta al papa en la que le expresaba su pesar. Francisco lo llamó por teléfono y lo invitó al Vaticano. Un gesto sin duda digno de alabanza, pero que casa mal con la postura que la Iglesia católica mantiene hacia la transexualidad, ejemplificada por ejemplo en el discurso de odio de obispos como los de Córdoba o Alcalá de Henares. Respetando y comprendiendo el natural sentimiento de gratitud de Neria, lo cierto es que cada vez nos cuesta más dar valor a este tipo de gestos, que proporcionan a Francisco una imagen “amable” en los medios pero que a nuestro juicio se revelan expresión de una marcada hipocresía.

Nunca antes me hubiera atrevido, pero con el Papa Francisco sí; después de oírle en muchas intervenciones, sentí que él me escucharía”, ha afirmado Diego Neria, un hombre transexual y creyente, católico practicante pese a las ofensas que él mismo ha recibido por parte de la Iglesia. “Eres la hija del diablo”, le llegó a espetar un sacerdote, ya después de salir del armario como varón transexual. Antes de eso se mantuvo años en silencio, ocultando a los demás su verdadera identidad. “No conocí un verano feliz en el que poder ir a la piscina con los amigos”, ha declarado. Incluso después de contárselo a sus padres y a su hermana, Diego mantuvo durante años el cuerpo femenino con el que nació a petición de su madre. “Por ella en una y mil vidas esperaría siempre”, afirma. No fue hasta después de la muerte de esta, ya con sus 40 años cumplidos, cuando Diego comenzó su proceso de transformación física.

Aun así, Diego ha continuado durante todos estos años con una espina clavada: la de sentirse rechazado por la Iglesia. Es por eso que hizo el esfuerzo de intentar hacerle llegar al papa una carta contándole su historia a través de diverso medios (incluso con la mediación del obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez). La carta llegó finalmente a su destino y Francisco, tras leerla, llamó por teléfono a Diego el pasado 8 de diciembre y mantuvo una breve conversación con él. Días más tarde, el 20 de diciembre, le volvió a llamar y le propuso acudir al Vaticano junto a su novia para conocerlo. Finalmente el encuentro se produjo el pasado sábado, 24 de enero.

Diego le preguntó al papa si todavía “hay algún rincón en la casa de Dios” para él, y Francisco, al parecer  le abrazó y le respondió “¡claro que eres hijo de la Iglesia!”. Hoy es un hombre feliz, que prefiere no entrar en más detalles sobre lo hablado con el papa durante su encuentro.


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