Mismo tiempo y espacio

 La vida misma, en sus múltiples detalles cotidianos, tiene escondidos los rostros de Dios.

Creo firmemente que nuestra vida personal es una historia de amor entre la creatura y su Creador.

Pues, en esa historia, aprendo mogollón.

Por ejemplo: que a unxs debo aprender a amar hasta el día de mi muerte.

En cambio a ese OTRO (Creador, Señor, Maestro, Amante, Amigo), debo AMAR hasta el final de los tiempos.

Y que ese Amor tiene la misma Fuente, dándose en un mismo tiempo y espacio.


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