LECTURA PREVIA: 1 SAMUEL 18-19

Amistad de Jonatán y David

18

Después que David acabó de hablar con Saúl, Jonatán se hizo muy amigo de David, y llegó a quererle como a sí mismo.
Saúl, por su parte, lo tomó aquel mismo día a su servicio y no le dejó volver a casa de su padre.
Y Jonatán y David se juraron eterna amistad, porque Jonatán quería a David como a sí mismo.
Además Jonatán se quitó la capa y la túnica que llevaba puestas, y se las dio a David, junto con su espada, su arco y su cinturón.
Tanta disposición demostró David para cumplir cuanto Saúl le ordenaba, que este lo puso al mando de hombres de guerra, cosa que agradó a todo el ejército y a los oficiales de Saúl.
 
Los celos de Saúl
Cuando las tropas regresaron después de haber matado David al filisteo, de todas las ciudades de Israel salieron mujeres a recibir al rey Saúl cantando y bailando alegremente con panderos y platillos.
 Pero mientras cantaban y bailaban, las mujeres repetían:
 
“Mil hombres mató Saúl,
y diez mil mató David.”
 
Esto molestó mucho a Saúl, que muy irritado dijo:
–A David le atribuyen la muerte de diez mil hombres, y a mí únicamente la de mil. ¡Ya solo falta que le hagan rey!
A partir de entonces, Saúl miraba a David con recelo.
10 Al día siguiente, el espíritu maligno mandado por Dios se apoderó de Saúl, que se puso como loco dentro de su palacio. David estaba tocando el arpa, como de costumbre, y Saúl tenía su lanza en la mano.
11 De pronto Saúl levantó la lanza con la intención de clavar a David en la pared, pero David esquivó a Saúl dos veces.
12 Saúl tenía miedo de David, porque el Señor ayudaba a David pero ya no le ayudaba a él.
13 Por eso lo retiró de su lado y lo nombró comandante de un batallón, al frente del cual salía a campaña y regresaba.
14 Y como el Señor le ayudaba, David tenía éxito en todo lo que hacía.
15 Por eso Saúl tenía miedo de él, viendo cómo prosperaba.
16 Pero todos en Israel y Judá querían a David, porque él era quien los dirigía cuando salían a campaña y regresaban.
17 Un día Saúl dijo a David:
–Te voy a dar como esposa a Merab, mi hija mayor, con la condición de que me seas un guerrero valiente y pelees las batallas del Señor.
Saúl pensaba que no necesitaba matarlo él personalmente, sino que los filisteo se encargarían de ello.
18 Pero David le respondió:
–Nada soy yo, ni nada son mis familiares en Israel, para que yo sea yerno del rey.
19 Sin embargo, cuando llegó la fecha en que Saúl debía dar su hija Merab como esposa a David, en vez de dársela a él se la dio a Adriel, de Meholá.
20 Pero Mical, la otra hija de Saúl, estaba enamorada de David. Y cuando se lo dijeron a Saúl, le agradó saberlo,
21 pues pensó dársela a David como esposa para que ella le hiciera caer en manos de los filisteos. Entonces dijo a David por segunda vez:
–Ahora sí vas a ser mi yerno.
22 Después Saúl ordenó a sus servidores:
–Hablad en privado con David y decidle que yo, el rey, le quiero mucho, que todos mis servidores le estiman y que él debe ser mi yerno.
23 Los servidores de Saúl fueron a decir todo esto a David, pero David les contestó:
–¿Y creéis vosotros que llegar a ser yerno del rey es tan fácil para alguien pobre e insignificante como yo?
24 Los servidores de Saúl fueron y le contaron lo que David había dicho.
25 Entonces Saúl, con la intención de que David cayera en manos de los filisteos, les contestó:
–Decidle a David que, en lugar de la compensación que se acostumbra dar por la esposa, yo, el rey, prefiero que me entregue cien prepucios de filisteos, para vengarme de mis enemigos.
26 Los servidores de Saúl comunicaron estas noticias a David, y David consideró apropiada la oportunidad de llegar a ser yerno del rey. Antes de que el plazo se cumpliera,
27 David tomó a sus hombres, y fue y mató a doscientos filisteos; luego llevó sus prepucios al rey, y se los entregó para poder ser su yerno. Entonces Saúl le concedió a su hija Mical por esposa.
28 Pero al ver y comprobar Saúl que el Señor ayudaba a David y que su hija Mical le amaba,
29 llegó a temerle más que antes, y se convirtió en su mortal enemigo.
30 Por otra parte, siempre que los jefes filisteos salían a campaña, David tenía más éxito que todos los demás oficiales de Saúl, por lo cual llegó a ser muy respetado.
 
Saúl intenta matar a David

19

Saúl ordenó a su hijo Jonatán y a todos sus oficiales que mataran a David. Pero Jonatán, que quería mucho a David,
le puso sobre aviso. Le dijo:
–Saúl, mi padre, está tratando de matarte. Así que mañana temprano ten cuidado y quédate escondido en algún lugar secreto.
Yo saldré, en compañía de mi padre, al campo donde tú vas a estar. Hablaré con él acerca de ti, a ver qué pasa, y luego te lo haré saber.
Y Jonatán habló con Saúl en favor de David. Le dijo:
–Su Majestad no debería cometer ningún mal contra su siervo David, porque él no ha hecho ningún mal a Su Majestad, y sí mucho bien;
pues jugándose la vida mató al filisteo, y así el Señor libró por completo a todo Israel. Su Majestad lo vio y se alegró de ello. ¿Por qué habrá de atentar Su Majestad contra la vida de un inocente, tratando de matar a David sin motivo?
Al escuchar Saúl las razones de Jonatán, exclamó:
–Juro por el Señor que David no morirá.
Entonces Jonatán llamó a David y le informó de toda la conversación. Después lo llevó ante Saúl, y David siguió al servicio de Saúl igual que antes.
Volvió a estallar la guerra, y David salió a luchar contra los filisteos, y los venció. Les ocasionó una gran derrota y los hizo huir.
En cuanto a Saúl, otra vez le atacó el espíritu maligno de parte del Señor; y estando sentado en su habitación, con su lanza en la mano, mientras David tocaba, 10 intentó clavar con ella a David en la pared. Pero David pudo esquivar el golpe, y la lanza de Saúl se clavó en la pared. Aquella misma noche David se escapó y huyó. 11 Inmediatamente Saúl dio órdenes a sus hombres de que fueran a casa de David, para que lo vigilaran y lo mataran a la mañana siguiente.b Pero Mical, la mujer de David, le puso sobre aviso, diciéndole:
–Si no te pones a salvo esta noche, mañana serás hombre muerto.
12 En seguida Mical descolgó a David por una ventana, y David pudo escapar. 13 Luego Mical tomó un ídolo y lo metió en la cama, le puso en la cabecera un tejido de pelo de cabrad y lo tapó con una sábana.
14 Y cuando Saúl ordenó a sus hombres que apresaran a David, Mical les dijo que estaba enfermo.
15 Pero Saúl volvió a mandar a sus hombres en busca de David, y les dio esta orden:
–¡Aunque esté en la cama, sacadle de allí y traédmelo para que lo mate!
16 Los hombres de Saúl entraron en casa de David, pero en la cama encontraron solamente el ídolo con el tejido de pelo de cabra en la cabecera.
17 Entonces Saúl dijo a Mical:
–¿Por qué me has engañado de este modo, dejando que escape mi enemigo?
Mical le respondió:
–Porque él juró que me mataría si no le dejaba escapar.
18 Así fue como David logró escapar. Y fue a ver a Samuel en Ramá, y le contó todo lo que Saúl le había hecho. Luego David y Samuel se fueron a vivir a Naiot.
19 Cuando Saúl se enteró de que David se hallaba en Naiot de Ramá,
20 envió unos hombres a que lo apresaran. Al llegar, los hombres de Saúl vieron a un grupo de profetase en trance, a los que dirigía Samuel. De pronto, el espíritu de Dios se apoderó de los hombres de Saúl, y también ellos cayeron en trance profético.
21 Cuando Saúl lo supo, mandó otros hombres, pero también ellos cayeron en trance profético. Por tercera vez mandó Saúl unos hombres, y también a ellos les ocurrió lo mismo.
22 Entonces Saúl fue personalmente a Ramá, y cuando llegó al gran depósito de agua que hay en Secú, preguntó por Samuel y David. No faltó quien le dijera que estaban en Naiot de Ramá,
23 y Saúl se dirigió allá. Pero el espíritu de Dios también se apoderó de él, y Saúl cayó en trance profético, y así siguió su camino hasta llegar a Naiot de Ramá;
24 además se quitó la ropa, y así, desnudo, permaneció en trance delante de Samuel todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho: “¿También Saúl es uno de los profetas?”
 
 
QUE EL SEÑOR OS GUARDE

 


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