En la antesala de un nacimiento, siento los nervios de una nueva experiencia. Sin saber qué hacer ni qué pensar. ¿Acaso estoy listo? ¿Sabré qué hacer cuando llegue el momento?
Un niño nace y acapara nuestra atención para que podamos dejar atrás angustias y problemas contemplando la sencillez e inocencia de un niño. Un niño que se hace en todo dependiente de nosotros.
Trae la alegría este chiquirritín, chiquirritirrín queridito del alma, entre rinrines y remiendos, yo me remendaba yo me remendé, en medio de una noche de paz, duerme el niño Jesús, entre requesón, manteca y vino que recogido el rebaño le trajimos unos simples pastores al son de campana sobre campana, viendo beber y beber y volviendo a beber a los peces en el río. ¡Dime niño! ¿De quién eres? Todo vestidito de blanco.
¡¡Feliz Navidad!!