Amando se extrema el respeto y la delicadeza, se cuidan las relaciones, se procura y muchas veces se consigue una sana y beneficiosa convivencia, hacer más agradable la vida a los que nos rodean, favorecer la reconciliación, no esperando a que vengan los demás sino tomando la iniciativa nosotros. El evangelio es un perfecto tratado de cortesía.